1. Tatiana y yo


    Fecha: 28/10/2017, Categorías: Lesbianas Autor: Yanira34, Fuente: CuentoRelatos

    ... chupármelos. Hacía de todo, recorría con su lengua todo mi pecho, chupaba mi pezón y a veces me lo mordía. Me estaba poniendo tanto que se me escapó un gemido. Entonces paró y empezó a besarme con más fuerza moviendo con fuerza su lengua. Decidí devolverle el favor: me puse encima de ella y comencé a chuparle los pechos. Estaban deliciosos y me encantaba ver su cara de placer. Empezó a gemir, un sensual gemido se escapó de su boca, lo cual me hizo ponerme más cachonda. De forma brusca me dio la vuelta y me quitó la falda y las bragas. Yo hice lo mismo con su falda y sus bragas. Estábamos completamente desnudas la una encima de la otra, solo con verla me daban ganas de correrme. Entonces, estando ella encima de mí, comenzó a acariciar mi tripa y luego mis muslos. Después, puso su suave y caliente mano sobre mi vagina y comenzó a acariciarla en círculos, tal y como me dijo ella. Me miraba profundamente con cara de lujuria y de vez en cuando me besaba. Yo gemía, ya no me importaba que me oyesen y decidí, estando en esa postura acariciar su vagina también. En cuanto lo hice soltó un gemido muy fuerte y empecé a hacerlo más rápido. Estábamos a punto de corrernos, pero ella me abrió las piernas y se volvió a poner encima ...
    ... de mí. Ella tenía las piernas más cerradas, de tal forma que su vagina y la mía se rozaban. Empezó a besarme y de repente comenzó a hacer suaves movimientos hacia delante y hacia detrás estando encima de mí. Estábamos frotando nuestras vaginas, nuestros clítoris, nuestros pechos, todo nuestro cuerpo estaba en contacto. Gemíamos al unísono cada vez más fuerte, y de vez en cuando nos besábamos con fuerza. Tatiana fue cambiando su ritmo poco a poco y comenzó a moverse más y más rápido. En vez de gemir estábamos gritando, gritando de placer. Casi sin darme cuenta puse las manos sobre su culo y lo azoté. Dios, qué placer. Ella de vez en cuando decía ¡Qué rico mm…! O ¡No pares! Nos movíamos tan rápido que se movía hasta la cama y golpeaba la pared. Llegamos a un brutal orgasmo gritando y gimiendo, gimiendo y gritando. Tatiana se fue parando poco a poco y nos quedamos las dos abrazadas y besándonos. -Te amo Paula- Me dijo ella entre jadeos. -Te amo Tatiana- Respondí yo. Ambas nos quedamos dormidas acto seguido, desnudas y abrazadas. Nunca en mi vida había sentido tanto placer. Esa fue la primera vez que tuve sexo, y fue con una chica, con mi mejor amiga, con Tatiana. Pero esa última noche de vacaciones solo fue el principio. 
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