Eyaculando en la playa
Fecha: 08/04/2019,
Categorías:
Masturbación
Autor: Fornicatorix, Fuente: CuentoRelatos
... no hay marcha atrás, que necesito masturbarme hasta el final. Miro hacia ambos lados para asegurarme bien de que no se aproxima nadie y de que no tendré que parar de nuevo. Me bajo el bañador por completo y me deshago de él sacándolo por los pies y dejándolo sobre la arena. Mi verga sigue tiesa y empiezo a machacarla, primero algo suave, luego cada vez más intensa y enérgicamente. Estoy totalmente desnudo, en pelotas, al aire libre y la leve brisa marina golpea con suavidad mi piel bronceada. Acelero todavía más hasta dejar mi glande al descubierto, fuera del prepucio. Brilla enormemente por lo mojado que se encuentra y por los rayos de sol que caen sobre él. Acaricio el glande, lo aprieto, lo rozo con la yema de mis dedos y lo agito empapando por completo la palma de mi mano. Siento un gran e intenso placer y comienzo a jadear y a gemir. Veo cómo pequeñas burbujitas salen del agujero del glande pringando aún más mi mano. No debo perder más tiempo. No puedo arriesgarme a que aparezca alguien y tenga que cortar precipitadamente. Porque entonces sería eso o correrme casi delante de quien sea. Vuelvo a incrementar el ...
... ritmo mientras contemplo las verdes y gruesas venas que se marcan sobre la estirada y tensa piel de mi polla. Mis testículos se bambolean sin control en todas las direcciones debido a la rapidez de mis movimientos manuales. Siento que ya no voy a aguantar mucho más: comienzo a notar en mi bajo vientre espasmos y cómo mis bolas hinchadas están a punto de explotar. Machaco violentamente mi pene una, dos, tres, cuatro veces más hasta que un enorme e interminable chorro de leche blanca sale disparado e impacta sobre la arena que lo absorbe y lo chupa sedienta. Varios chorros más siguen luego al primero y, por último, gotas aisladas de semen caen débiles a la arena anunciando el final de la eyaculación. Estoy empapado en sudor y decido caminar hacia el mar para bañarme. Toda mi piel desnuda va entrando progresivamente en contacto con el agua: los pies, los tobillos, las tibias, mis fuertes muslos, mi polla aún tiesa pero que poco a poco comienza a relajarse, mis duras y firmes nalgas, mi cintura… hasta que me zambullo en el mar sin esperar más y tratando de enfriar por un rato el ardor que se apodera continuamente de mi cuerpo.