La peli en casa - Relatos Eróticos

La peli en casa

Nos conocemos hará ya 15 años y nuestra relación es firme con nuestros amigos . Superamos los cincuenta , hemos criado a nuestros hijos y estamos en una etapa dulce de la vida. Nuestras cenas son deliciosas , nos ocupamos de crear un ambiente propicio para olvidarnos de las realidades cotidianas y hablamos sin tapujos de todo , incluído el sexo. Nuestras mujeres son las amigas y nosotros nos conocimos más tarde. Satisfacemos nuestro sexo con gusto en casa pero no quita para que nuestras fantasías las divulguemos. Y la mía es nuestra amiga y cómo no , excitarme viendo a mi mujer siendo cogida. Lo hablamos a menudo y los dos nos excitamos . Y aquella noche mi amigo puso una sesión de sexo fuerte . Nos sentamos frente a la pantalla y nos acomodamos . Era de parejas como nosotros y allí cada uno buscaba satisfacción en armonía con nuestros sentidos. Las situaciones que presentaba la peli eran de alguna forma normales en ese tipo de pelis pero nosotros ya no estábamos normales . Flotaba en el ambiente algo que convertía la estancia en un lugar atractivo para entregarnos al placer. Las manos estaban inquietas y mi amiga se frotaba los pezones y le ayudé un poco. Hubo aplausos y el amigo frotó su mano en las tetas de mi mujer. Para cuando nos enteramos los cuatro estábamos retozando de forma cruzada. No se oía nada , solo murmullos y gritos suaves . No había tenido una velada así ...

... nunca y convinimos en darnos libertad sino existía mayor inconveniente. Mi amiga fue a la cocina y la seguí. Preparó gin tonics y cuando menos lo esperaba le puse el culo en pompa y la ataqué por el flanco trasero. Con sus dos tetas en mis manos , se dejaba mecer y nos besamos de forma salvaje. Al llegar al salón vimos a dos tortolitos enganchados y haciendo una tarea de compartir fluidos. Me puse a cien viendo a mi mujer así y la miré con la polla en la mano. Mi amiga estaba muy salida y tomó mi miembro y lo empezó a chupar. Todos estábamos ocupados y entretenidos. Retomé mi compostura y le comí el coño a la amiga. Un 69 perfecto. En plena faena , mi mujer estaba siendo enculada y gritaba . Hice lo mismo y enculé a mi amiga. Soltamos de todo hasta quedarnos sin nada en nuestra polla. Y después ya más tranquilos tomamos los gintonics manoseando a nuestras nuevas parejas. Nos habíamos quedado en pelotas y nuestras manos seguían ambiciosas . Nos morreamos mucho y abandonamos nuestras carreras. Hicimos un pacto de desearnos alegría siempre que hubiera oportunidad y fuimos a casa . Allí nos contamos todo lo ocurrido y le conté mi excitación viendo a ella con el amigo. No sentía celos sino deseos de verla de nuevo . Y ella me dijo que también le gustó ver cómo la miraba porque se puso más todavía. Follamos como locos y hacemos apuestas para saber si en la próxima cita habrá sexo.