Chantaje a mi puta perra I - Relatos Eróticos

Chantaje a mi puta perra I

... SIEMPRE SERA MÍA. Así que haciendo memoria recordé que a ella la serie que más le gusto fue la de “La sumisión de Raquel hija de Ana”, por lo que pensé hacerla realidad. Isabel tiene una hija Susana, que vive y trabaja en Madrid, esta vive en un apartamento muy coqueto del Paseo de la Castellana, de una sola habitación y un salón, pero como he dicho muy bien montado y decorado, esto lo sé porque quitando nuestro primer encuentro aprovechábamos sus ausencias para vernos allí, por lo que yo tenía todos sus datos, desde el correo hasta el teléfono del apartamento. Un día y visto que ella no hacía nada por ponerse en contacto conmigo, lo planee todo, lo hice con sumo cuidado para no pillarme los dedos, aunque la verdad en el fondo me daba igual porque lo que yo deseaba era seguir teniéndola a mis pies. Tuve que subir a Madrid a una entrevista de trabajo y ese fue el detonante aproveche el viaje e imprimiendo unas fotos de MI PERRA, con un pequeño texto “Hola Susana, como puedes ver en estas fotos tu madre es una PUTA, mejor dicho MI PUTA, aunque ahora ha dado un paso atrás, y eso a mí no me vale. Quiero hablar contigo así que si estás de acuerdo te quiero ver esta tarde a las siete en el portal de tu casa y te quiero sola, puedes hacer lo que quieras, pero si no estás haré correr estas fotos por todo Alicante.” Lo metí en un sobre y como yo llegue a Madrid a las siete en el bus, y no tenía la entrevista hasta las nueve, cogí el metro desde la estación sur hasta Nuevos ...

... Ministerios, ya que su apartamento está pegado a las oficinas de correos que hay junto al Corte Ingles y me acerque a su casa y como sabía que el portero ya estaba trabajando entre como si fuese a una de las oficinas de allí, cogí el ascensor y una vez en la sexta planta me acerque a la puerta y metí el sobre bajo ella. A partir de ese momento me dedique a lo mío, olvidándome de todo lo demás. Aunque tal y como fue la cosa no ayudaba a nada, porque la entrevista no fue como yo deseaba, como es normal te ofertan un trabajo que a la hora de la verdad no es para nada lo que habían dicho, por lo que mi enfado era monumental, ya que mi situación económica en ese momento no era la más idónea, y entre viaje y comida me había gastado más de lo que tenía. Como para las cinco ya estaba por allí empecé a pasear y a intentar tranquilizarme, pues lo que iba a hacer era muy delicado y quería que saliese bien. Para evitar cualquier tipo de encerrona sobre las cinco y media me aposté en un lugar donde ver sin ser visto, y la verdad es que no tuve que esperar mucho porque a los cinco minutos vi llegar una moto y aparcar en la puerta. Al quitarse el casco vi que era ella, y si, aunque la había visto en fotos la verdad es que está muy buena, como era viernes y yo sabía por MI PUTA, que los viernes por la tarde no trabajaba venía con unos pantalones de gimnasia azules, unas zapatillas del mismo color y un plumón celeste. Decidí no esperar y me acerque a ella -Hola Susana Al oír que me dirigía a ella ...