Sexo Con Gemelos - Relatos Eróticos

Sexo Con Gemelos

... corriente desde los pies hasta la cabeza, y al levantar la vista veo sus ojos negros mirándome con un destello malicioso, retiré la mano y edgar le indico que iríamos por unas cervezas y que si gustaba acompañarnos, amablemente se excuso diciendo que estaba agotado de su jornada de trabajo, pero nos deseo que la pasáramos bien, me sentí desilusionado pero aún así no dí importancia, nos fuimos a disfrutar la noche, que llevo su propia pesca (quien no conecta en el puerto, es por lento) o bien eso me indico edgar y lo pude comprobar por mi propia cuenta, pero esos detalles los imito pues vienen al relato. Es entre cerveza y cerveza que edgar me comenta que miguel trabaja como trailero (transporte pesado) Llego el viernes y edgar tuvo que salir de emergencia a otra localidad, y se excuso conmigo por dejarme solo faltando aún un día antes de partir de vuelta a la capital, (salia a la 01:00 AM del domingo) le indique que no se preocupara, que había sido un magnifico anfitrión y que fuera sin preocupación a realizar sus diligencias. Todo ese día pase en casa conversando con su familia, viendo tv, escuchando, música y en las redes sociales, en la noche le digo a su mamá si puedo salir a dar una vuelta al muelle municipal, ella me indica que si, me da instrucciones de seguridad, y me extiende copias de llaves de la casa para cuando regrese, me vestí y salí con paso seguro a mi destino marcado. Eran al rededor de las ocho de la noche, cuando llegue al muelle municipal, había una ...

... que otra pareja oculta a las sombras entregadas a las mieles del amor, el deseo, la pasión, otros más de lujuria desenfrenada y buen sexo (soy partidario de lo último) camine, me tome las selfies del recuerdo, me senté a observar como las maquinas hacían su trabajo cargando un barco frutero, sentir el mar, escuchar y ver las olas romper la barra, me sentí relajado, tan relajado que me dieron ganas de una cerveza fría, encamine mis pasos a un bar cercano, me senté en la barra y pedí una cerveza bien fría, sentí tan refrescante esa bebida que ordene otra, analizando lo bien que lo pase estos días acá en el puerto, y de pronto apareció miguel, ese morenazo, bien masculino de la sonrisa amplia, deseé sus manos, su cuerpo, sentir sus labios, pero me enojo no saber si jalaba o no el rollo, reaccione, y llevaba siete cervezas, ordene la cuenta, pague y procedí a caminar, veo el reloj y son casi las once treinta, una cuadra antes de llegar a casa veo que alguien viene caminando en la esquina opuesta frente a mi, siento temor no sea un asaltante, y respiro emocionado cuando veo bien, es miguel, quien al verme me saluda: Miguel; Hola Gerber que haces caminando a estas horas tan solo Yo; Pues salí por unas cervezas por el calor Miguel; Oh ya veo que andabas caliente, o aún andas ? Me quedo un segundo sin palabras para articular y responder cuando veo que alguien viene saliendo de su casa, y ¡Oh sorpresa ! era el vivo retrato de miguel, me le quedo viendo sorprendido, y el lo notó, ...