1. De Andrés a Andrea: Historia de mi feminización (I)


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Dominación Autor: andresa, Fuente: RelatosEróticos

    ... (o desvestida) con un negligé semitransparente gris, que dejaba ver un tanguita y un sujetador minúsculos. Llevaba liguero, medias y botas. Nada más entrar me puse como una moto y comencé a besarla. Ella se apartó de mí, sonriendo, y me dijo: “Antes de empezar te voy a poner un PowerPoint y una peli para ponernos a tono”. Aunque yo ya lo estaba, accedí. El PowerPoint eran fotografías de mi DNI, de mis tarjetas personales, de las profesionales, fotos de mi casa, de mi mujer y de mi hijo (le habían tapado la cara). Me imaginé de qué se trataba pero aun así, chillé: “¿qué te crees que estás haciendo, zorra?” “Tranquilízate y no me amenaces, Andrés, que todavía falta la peli”. Cuando la puso, yo era la estrella. Había grabado en video toda la escena de la cita anterior, todo, y me había fotocopiado los papeles mientras yo estaba atado en la cama. Entonces me di cuenta de que me había desvestido en el saloncito, la muy puta y cuando salió a buscar los aparatos me registró la cartera. Me levanté como un resorte y le pregunté que a qué venía aquello, que me largaba de allí ahora mismo. “Andrés, lo sé todo sobre ti. Tengo copia de toda tu documentación. Además, te he investigado. Sé tu nombre, se tu dirección, sé dónde trabajas, conozco a tu jefe, tengo tu teléfono, tu correo. He visto tu casa, he conocido a tu mujer y a tu hijo, así que siéntate y tranquilízate si no quieres que ellos vean lo que tú acabas de ver.” Cabreado, la obedecí. “Verás, Andrés, lo vamos a hacer a mi ...
    ... manera. Soy una mujer dominante y me gusta tener esclavos y esclavas. Este nuevo apartamento es para eso. Acompáñame.” Salimos del saloncito y me llevó al salón. Era una sala de sado, con todos los instrumentos que podáis imaginar. Potros, espalderas, sillas, jaulas grúa, y todo tipo de accesorios. “Y ahora escúchame con atención.No quiero hacerte ningún daño, ni obligartehacer aquello que no quieras pero he pensado que tú puedes ser una buena puta. Noté el otro día como disfrutabas con el plug y creo que en realidad te gusta ser tratado como mujer. Yo necesito putas a mi servicio y tú vas a serlo. Seguiremos viéndonos de momento como hasta ahora, tú me llamarás para cada cita, pero espero que no pase más de un mes entre ellas y, por supuesto, seguirás pagando lo mismo. Considéralo el coste de tu entrenamiento... Te voy a preparar poco a poco para ser mi putita y creo que me lo agradecerás al final. De todos modos, no te queda otra salida que aceptar mis condiciones, ¿no crees?” Estaba cabreado, mucho, por la trampa, pero no vi manera de escapar de ella y accedí. “Vamos a empezar por lo principal, vestirte de lo que eres.”Me puso un tanga, un sujetadory unos panties. Me llevó a otra habitación donde tenía un armario lleno de ropa. Eligió para mí un vestido escotado y corto y unos zapatos de mujer con poco tacón. Después me puso una peluca corta y me maquilló. Como punto final, me puso unos pechos de silicona bajo el sostén. Yo seguía enfadado pero también me excitaba la situación. ...