Un hostal, dos guarrillas y yo parte 2 - Relatos Eróticos

Un hostal, dos guarrillas y yo parte 2

... dos los dedos de Bea y Nati que estaban en mi culo.Dios, creía que la polla me iba a reventar de lo dura que la tenía ientras veía cómo el ojete de Mónica se iba dilatando a medida que mi pene entraba más y más en ese ojete maravilloso, hasta que pensé que de perdidos al río, y en una de mis metidas, le hundí toda mi polla en su culo sin moverla, pero su reación fue distinta a la que yo esperaba.Sí, joder, tío, venga, rompemeló, venga, sigue, metela toda- gritó Mónica, mientras su culo entraba y salía de mi pene-joder, que gusto, madre mía, que pollón tienes, c*****Después de un tiempo así, ella se levantó, cogíó mi polla que parecía una barra de hierro al rojo vivo, y la metió entre esos enormes pechos, empezó a sacudirmela a la vez que me lamía el glande que estab rojo como nunca, yo ya no podía más, mi polla parecía que se iba a partir en pedazos, hasta que les anuncié a las chicas que no aguantaba más.- Que me corro, dios, que me corro.Y dos grandes chorros de leche de mi pollas salpicaron toda la cara y el pelo de Mónica, mientras los restantes iban mojando esos pechos enormes. Cuando terminé caí derrumbado al sofá, y mientras Mónica lamía los restos de semen de mi polla, Bea y Nati se ocupaban de que las tetas de Mónica quedaran libres de mi descarga, lamiendo todo lo que había caido en ellas.Las chicas me desataron y me pidieron perdón por lo que había pasado, eran increíbles, pero he de confesar que había disfrutado de la situación, aunque ya estaba planeando mi venganza. CONTINUARÁ......