1. De pequeño


    Fecha: 13/04/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... abarcaba mi mano. Sí. . . , fue una buena polla y esa paja que hice fue la primera que vi una eyaculación, porque el chico estaba muy caliente y echó unos buenos chorros de semen al poco tiempo de pajearle yo. Tras esta paja, en el colegio busqué al compañero de mi clase que se le fue la lengua. . . Le asalté y me enfadé con él diciéndole que por qué había dicho algo sobre la paja que le hice. ¿Quien más lo sabía?. . . . . . Me comentó que a su hermano (que yo le conocía) también se lo había contado. . . Le dije que, como lo dijera a otros, no le pajearía jamás. A la salida de clase, fuimos mi compañero y yo a su casa porque este me había dicho que había que avisar a su hermano para que no dijera nada tampoco. En fin. . . , yo estaba un poco mosqueado pensando que esta experiencia se me fuera de las manos. Cuando llegamos a su casa, y al rato, cuando llegó su hermano, mi compañero de clase estuvo hablando con él sobre el tema. Ladinamente, mi compañero dijo a su hermano que si mantenían la boca cerrada, yo les haría pajas. Así que el hermano se animó a pedirme que le hiciera una, allí, en su casa. Ya puestos. . . , pues sin decir palabra porque entre ellos se lo habían organizado, pues me dispuse a pajearlos a ambos. El hermano era mayor (pues tendría como 5 años más que nosotros. Andaría por los 17 años), y la diferencia de penes entre el hermano mayor y mi compañero de clase se notaba. Ancha polla, venosa y peluda la del mayor, y más clarita y fina la ...
    ... del pequeño. El caso es que, primero pajeé a mi compañero unos 10 minutos hasta que se corrió o tuvo su orgasmo. . . , pero sin expulsar casi nada de semen. Pero con el pollón de su hermano estuve un buen rato y al final se corrió con abundante leche. Bueno. . . , una vez que he conseguido la promesa de que no me delaten, a mi me gustaba hacerles eso. Según pasaban los meses, a mi compañero de clase ya ni le hacía pajas. . . , pero el hermano se acostumbró, y cada vez que iba a su casa, su polla me la ponía en el hombro, jajaja. Tras muchas pajas a él, una vez llegó el momento de que se la chupase. Fue bastante normal, porque tenía yo su polla a la altura de la cara, y me dijo que diese un lametón al capulló, cosa que hice. Del lametón a chupar como un caramelo, y tras un rato, corrida de leche. Puse un poco cara de estupor y de asco, pero tras otras veces, pues la verdad, tampoco da tanto asco el semen. Estaba un poco soso. Y acabo ya estas memorias. Pasaron meses y algún curso. Ya me dio menos vergüenza ver como se pajeaban en clase, y no me hacían burla. . . , pero en la casa de mi compañero de clase, la polla gigante de su hermano me la comía cada dos por tres. Y una vez, estaba un amigo de este hermano, de su misma edad. Me dijo el hermano al oído que se la comiera también a él. . . , y no me negué. Esa tarde me bebí la leche de los dos. Luego crecí y ya no he vuelto a pajear, ni a mi compañero de clase, ni a su hermano ni a nadie. A mi polla sí, jeje. 
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