Desconocida en una fiesta
Fecha: 17/04/2019,
Categorías:
Masturbación
Sexo Duro
Autor: privatecurrahee, Fuente: xHamster
Pues todo comenzó con la típica fiesta, una casa sin muebles, gente conocida y sin conocer, mucho alcohol y demasiadas ganas de echar mucho desmadre.Iba con unos amigos de toda la vida, pero como ya mencioné, también había gente que nunca había visto. Como buen cazador me puse a ver discretamente a las mujeres que estaban por ahí; sí, había una que otra nena muy guapa.Como mis amigos y yo no traíamos nada para emborracharnos, nos fuimos a un super cerca del lugar, compramos chelas, unos buenos pomos y botana, sin olvidar los clásicos vasos rojos. Después, las cosas normales de una fiesta sucedieron: baile, buenas pláticas y mucho, mucho alcohol.Conforme nos poníamos ebrios (o como decimos en mi país, pedos), las cosas se empezaron a calentar, ya saben: morras ligando al que siempre se habían querido ligar, parejitas bailando bien pegadito...Mis compas andaban con su respectivo ligue y yo no me quedé atrás. Conforme pasaba la peda no dejaba de ver a una nena preciosa, medio chaparrita y muy, muy buena. El ambiente en la casa se empezó a enrarecer, hacía más calor, y la muy sensual se había quitado su chamarra para dejar a la vista de todos (y la mía) una blusita delgada y pequeña que resaltaba muy bien sus grandes atributos. También traía unos malloncitos super pegaditos, de esos que uno como hombre piensa al ver "esta morra trae tanga de hilo, si trajera bragas o algo así se vería muchísimo y se notaría demasiado". Sus torneadas y bellas piernas enmarcaban una silueta ...
... deliciosa, y para rematar, cuando se volteaba sus tremendas nalgas resaltaban a metros de distancia.Qué delicia de mujer. Algunos hombres bailaban con ella, pocos, de hecho; sus atributos mataban los ánimos de cualquiera. Yo, ya bien p**o, la invité a bailar un rato algo de electrónica. Sin esperarlo, ella se me pegó mucho, me miraba directo a los ojos y me abrazaba repentinamente en medio del baile.Las cosas pasaron tan rápido que fueron bastante inusuales. Los dos seguíamos bebiendo, cada vez más ebrios y por consecuente más calientes. Nos apartamos a un rincón y nos besamos un buen rato. Cuanto tiempo, no sabría decirlo. Sus labios eran suaves y tan húmedos que el hecho de pensar en una mamada de verga de su parte me excitó de inmediato. Sus senos, suaves y excitantes también. Podía ver a través de su blusa y su bra unos pezones ya bien paraditos. No pude evitar masajearle las tetas en medio del faje. Ella, con la voz entrecortada, me dijo al oído: vámonos. Sin más, se puso su chamarra y nos largamos.Resultó que vivía cerca de la casa de la fiesta. Me contó que no habría nadie que nos m*****ara, sus roomies andaban también en la peda pero no volverían: se turnaban para dejarla sola cada semana, y para mi fortuna esta semana le tocaba a ella. La dejaban sola para que cada una cogiera o hiciera lo que se les daba la gana.Nada más al entrar al depa le quité la chamarra y ella me dejó semidesnudo, sólo con el boxer puesto.-Eso no es justo, nena. No traigo casi nada y tú todavía ...