La Agencia (1)
Fecha: 29/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Carlos. Miércoles. Era mi primer día de trabajo. En la oficina me esperaba el jefe del departamento para enseñarme mi puesto y presentarme a mis compañeros. Cuando llegué a la segunda planta del edificio, me sentí tremendamente feliz. La puerta del ascensor se abrió y contemplé mi segundo "hogar" a partir de entonces: dos filas de mesas con sus respectivos ordenadores, grandes ventanas a la izquierda y un montón de papeles por todas partes. Los empleados no apartaban la vista de sus monitores, o atendían con rapidez el teléfono. Impresoras, faxes y fotocopiadoras completaban el paisaje de la agencia de comunicación más importante de la ciudad. Agencia en la que desde ese momento empecé a formar parte. -¡Hola Carlos! ¿Qué tal todo?- me espetó Juan Carlos, el jefe, nada más verme. Le respondí con una gran sonrisa y pocas palabras. -Ven, te voy a presentar a la panda. Era curioso oir a un hombre con traje y corbata hablar así, y pensé enseguida en el agradable nivel de compañerismo que debía de haber entre todos. Nos dirigimos al final de la sala en donde cuatro mesas y tres personas se mostraron ante mí. Una de aquellas mesas sería mi lugar de trabajo, y el trío de personas, los compañeros más cercanos: Sara, Lydia y Jaime. Él tendría unos treinta años y era de piel muy morena. Su voz delataba, sin embargo, una experiencia muy poco acorde con su edad. Las chicas eran todo lo contrario. Tanto Lydia como Sara mostraban una tez algo pálida y una juventud casi insultante con ...
... respecto al resto de personal. No dudaron en acercarse a mí y darme dos besos de bienvenida. Inmediatamente, Sara empezó a llevar las riendas, preguntándome cosas sobre mí, explicándome en qué consistía el trabajo e informándome entre bromas sobre peculiaridades y manías del resto de compañeros. Lydia sonreía y apenas decía nada. Con su media melena morena y mirada de niña buena a través de sus hipnotizantes ojos (maquillados magistralmente para irradiar misterio), dejaba que su compañera cargase con la responsabilidad de iniciar el contacto conmigo, con "el nuevo". Mientras Sara hablaba, me fijé en sus ojos claros, en su rojizo cabello acentuado por el tinte, en su forma de mover las manos y, bueno, por qué no decirlo, en sus más que voluminosos pechos. Ambas me acompañaron a mi puesto mientras Jaime atendía en su mesa una llamada. Una vez acoplado, Sara me indicó con sencillas instrucciones dónde se encontraban los archivos más utilizados en el ordenador. Yo asentía en cada caso. -Y para utilizar el teléfono, es mejor que te lo explique Lydia, porque yo no tengo. Si es que, está visto que hay que tener novio para que te pongan uno...- Sara miró bromeando a su compañera. Ésta le devolvió la mirada negando levemente con la cabeza aceptando la broma, y pasó a detallar el funcionamiento de las líneas. -Si tienes que pasar una llamada, hay que marcar el cero y luego el número de extensión. Si quieres llamar a una línea exterior, también deber marcar el cero antes del número, para ...