Aprendiz de sumisa
Fecha: 18/04/2019,
Categorías:
Dominación
Fantasías Eróticas
Autor: GatitaY, Fuente: CuentoRelatos
... rastro de heridas. Aunque de bien seguro que cuando saliera de esa aula lo haría andando con paso estúpido. Al igual que me pasaría a mí. La deje un poco que se recupera de tal salvaje violación. Para mimarla un poco, lleve mi cara de nuevo a su culo y le pase la lengua alrededor del pepino, refrescando aquella zona tan dolorida. -Gracias Ama Yadira.- me dijo ella. Me sentí muy alagada. Acababa de meterla sin compasión aquello y lejos de estar enfadada, me agradecía que tuviera ese detalle con ella. Sin duda era mi Dani. -Túmbate bocarriba en el suelo.-le ordené. Se movió despacio y dolorosamente, por los gestos de su cara. El pepino se deslizo un poco, saliendo unos centímetros. Pero no lo suficiente como para escaparse, yo me había ocupado en dejarlo bien dentro. Se colocó como la ordené y separándola las piernas me puse a cuatro patas sobre ella. -¿Te gusta?- le dije con mi cara a unos centímetros de la suya y nuestros pechos casi rozándose. -Sí, nunca pensé que haría algo así y menos con una mujer. Pero me encanta. Gracias Ama Yadira.- me contestó. Me gusto su respuesta. Tenía miedo de haberme pasado con mi amiga y que ello cambiara nuestra relación. Pensándolo bien, cambiaria, pero creo que a mejor. La besé. Y ella me correspondió. Me encantaba como besaba. Ya lo había hecho antes con otras mujeres, por orden de mi amo, pero ahora era con mi mejor amiga. El morbo era máximo. Lleve mis manos a sus increíbles pechos y los magree a mi antojo. Ella en cambio me agarro del ...
... culo, tirándome hacia ella. Acabe tumbada encima de ella. Con nuestras tetas juntas y nuestros sexos rozándose. No pude evitarlo y empecé a frotarme contra ella. Notaba como tenia de empapado su coñito y de bien seguro ella tenía que notar el mío. Cogí el pepino gigante que había quedado en el suelo, junto a su cara y lo lleve entre nuestros sexos. Con él entre nuestras rajitas, empezamos las dos a movernos, frotándonos contra la verdura. No sabría decir quien de las dos se corrió antes, pues ambas gemíamos como perras. Acabamos las dos derribadas, una encima de la otra, besándonos suavemente. -No hemos acabado.- le dije. -Hazme lo que quieras.- me contestó. Volví a llevar mi mano al pepino que teníamos entre nuestras piernas y esta vez puse una punta en la entrada de su coño y la otra en la mía. En forma de tijera, en la posición más típica del sexo lésbico, fui empujando con mi cadera, notando como aquello entraba a la vez, tanto en mí, como en ella. No sé quién de las dos tenía más verdura en su interior. Pero con el tamaño del pepino, yo me sentía completamente llena y aun había mucho verde separando nuestros coños. Era el momento. El momento de follármela de verdad. Como si fuera un hombre, armada con aquella verdura que salía de mi coño para entrar en el suyo. Empecé a moverme, bombeando suavemente. Ella cerró los ojos, le gustaba aquello. Me puse de rodillas sobre el suelo, así podía verla bien. Ver como sus enormes tetas se balanceaban con mis embestidas. Dani me agarró ...