Aprendiz de sumisa
Fecha: 18/04/2019,
Categorías:
Dominación
Fantasías Eróticas
Autor: GatitaY, Fuente: CuentoRelatos
... agacharme, parte del pepino se deslizo de mi culo, intente mantenerlo apretando el culo, pero el dolor fue mucho mayor. No quería que Itzel se enfadara por no poder mantener mi culo cerrado, por lo que superando el dolor, apreté mi culo y también mis dientes para no gritar. Conseguí ponerme a cuatro patas como Itzel quería. -Daniela, ven aquí. Quiero que veas bien a tu amiguita.- le ordenó. Ella, para mi sorpresa, se puso a cuatro patas y fue junto a ella, con sus tetas balanceándose, hasta que se colocó justo a mi espalda. Itzel cogió el pepino más grande y lo puso en la entrada de mi coño. - ¿Cómo quieres que se lo meta, despacio o fuerte?- le preguntó a Dani. -Despacio. Me da lástima, está muy dolorida ya.- contestó ella. - ¿Te compadeces de la misma zorra que te ha metido eso en el culo haciéndote gritar? Pues tú misma.- dijo Itzel. Empujó el pepino, sin demasiado cuidado, pero suavemente, dentro de mí. No entró entero, claro. Pero lo suficiente para hacer tope con mi otro ocupante. Si antes de sentía llena ahora no podría explicar lo que sentía. Podía notar ambas hortalizas casi rozándose en mi interior. No podía moverme de lo llena que estaba. De mi frente caían goterones de sudor del esfuerzo que estaba sufriendo mi cuerpo. - Si tanto quieres a esta gatita en celo, correrás su misma suerte. Date la vuelta, con tu culo frente al suyo.- ordenó Itzel a mi amiga. Ella volvió a obedecerla, no sé qué la pasaba por la cabeza. Que es lo que la hacía obedecer a aquella mujer ...
... a la que no tenía ningún aprecio. Pero lo hizo, girando sobre sus rodillas se puso en cuatro tocando su culo el mío. Se tenía que estar clavando ambos pepinos que salían de mí. Girando ligeramente mi cabeza, vi como Itzel guiaba los pepinos hacia sus agujeros. - Empuja tetona, métete lo mismo que tiene tu amiga a la que tanto quieres.- dijo Itzel a Dani. - Note presión sobre mis agujeros, señal de que estaba obedeciendo sus órdenes. Cuando la escuché jadear, supe que ella, como yo, estaba siendo doblemente penetrada por aquellos consoladores verdes. - Ahora las dos estáis ensartadas. Como dos perras enganchadas por vuestros coños y vuestros culos. ¡Vamos! Empezar a moveros, quiero ver como os folláis la una a la otra, como dos animales. Era muy humillante esa situación. Completamente llena por mis dos agujeros, encima con mi amiga, justo detrás de mí, en igualdad de condiciones por mi culpa. Si a mí me dolía todo, ella no podía estar mucho mejor. Pero tenía que obedecer. Empecé a balancear mi culo, notando como entraba y salían de mí y supongo que a Dani le pasaría lo mismo con mis movimientos. Ella me siguió y también empezó a balancearse, metiéndome más en mis agujeros nuestros intrusos. Aquello me empezó a gustar. Seguí con el balanceo y ella me imitó. Como quería Itzel, nos estábamos follando la una a la otra. A cuatro patas, como animales. Y me encantaba. Empecé a gemir y Dani, que parecía estar esperándome, lo hizo también. - Miraos, la gatita en celo y la vaca lechera ...