Encuentro grupal con escenario natural
Fecha: 19/04/2019,
Categorías:
Intercambios
Sexo en Grupo
Autor: Sirena y Triton, Fuente: CuentoRelatos
Carolina ya sentía el sudor en su cara, por más que afuera estaba haciendo algo de frio. Algunas gotas ya le recorrían la frente e incluso un par ya caía en el pantalón que estaba tirado en el piso debajo de su rostro. Pero eso no la hacía perder su concentración, pues en posición de perrito, Marcus la penetraba con unas ganas enormes. Le introducía su pene con velocidad variable, un rato lento y después muy rápido como si fuera a terminar. Ella no estaba del todo desnuda, todavía tenía un pequeño suéter puesto, pero subido hasta la media espalda, lo que permitía a Marcus verle el culo en todo el esplendor que permite esa posición. Carolina gemía intermitentemente, sobre todo cuando se aceleraba el ritmo. La vagina muy mojada evidenciaba que estaba excitada por estar haciendo algo totalmente nuevo. Ella abrió su boca, apretó los dientes y emitió un gemido, corto pero muy fuerte. Evidentemente tuvo su primer orgasmo. Pero él no había terminado todavía y por eso no dejaba de penetrarla, incluso parecía no querer eyacular jamás. Marcus con el pulgar de su mano derecha separó un poco las nalgas de Carolina y comenzó a darle toques circulares en el ano. Con lo lubricada que estaba ella y con el movimiento de la penetración, todo el agujero ya estaba lubricado. El movimiento en el agujero trasero hizo que Carolina agarrara un segundo aire y aceleró sus movimientos. Movía sus caderas a un ritmo bastante fuerte y rápido. En un momento, la mano tosca de Marcus se deslizó un tanto ...
... más en las nalgas y le penetró el ano con el dedo. Lo circular ya no se daba en la superficie, sino en el interior anal. Eso hizo que Carolina volviera abrir su boca, apretar sus dientes, y conseguir el segundo orgasmo, y segundos después gritó: “Coño, qué rico”. Ya todo el interior de la carpa olía a bosque, equipo de acampar y a sexo. Todo combinado era una especie de afrodisíaco salvaje. Marcus sacó el dedo del ano, agarró su pene, se quitó el condón y comenzó a masturbarse con las nalgas de ella. No habían pasado 40 segundos en esta nueva posición, cuando Letis, la esposa de Marcus, se levantó agarró una de las manos de él y lo besó. Este retiró su pene de las nalgas de Carolina y ella le dijo en el oído: “Ya Carolina te hizo parar el huevo, ahora suelta la leche dentro de mí”. Marcus comenzó a sentir una especie de ahogo, síntoma que ya debía acabar. Tomó a su esposa la besó y luego, de una manera bastante tosca, la colocó en posición de perrito también. Letis había estado acostada y masturbándose con la escena, eso hizo que sus líquidos vaginales se le chorrearan y toda su entrepierna estuviera muy lubricada, incluso su ano. Esto facilitó para que sin mucho trabajo, él pudiera penetrar a su esposa por el culo y casi al primer intento. Pasaron escasos segundos para que los dos alcanzaran el orgasmo al mismo tiempo. Carolina ya estaba recostada de lado, viendo todo lo que sucedía. Su cuerpo lo tenía muy quieto, pero su mente muy agitada. Por su cabeza pasaban dos cosas ...