Leticia Mi primer madura del metro - Relatos Eróticos

Leticia Mi primer madura del metro

Aquí de nuevo tomándome el tiempo para escribir otro relato en esta ocasión les presento a Leticia se preguntaran que tiene de especial este nuevo relato, la respuesta es…y esperando que la memoria no me traicione haciendo memoria esta madurita de 38 años en aquel entonces, fue con la primera que termine teniendo algo que ver, una ama de casa que como ya se imaginan me anime a abordar.Como les comento tal vez no fue la primera que he abordado pero si la primera que me termino dando las nalgotas ricas y grandotas que se cargaba.Esta historia comenzó un día común en el que yo me disponía a viajar en el metro tranquilamente, al entrar camino sobre los pasillos que me conducían al andén al llegar a este noto que se encontraba tranquilo con escazas personas eran aproximadamente entre 12:00 y 13:00 PM como ya saben a estas horas el viaje se torna muy tranquilo y yo aun siendo muy joven dedicado a los estudios y el trabajo de medio tiempo no tenía ninguna malicia, si bien a esta edad ya veía de diferente forma a las mujeres sobre todo a aquellas MADURAS que por alguna extraña razón comencé a admirar, fueron sus curvas pronunciadas de grandes proporciones con la que la mayoría de estas féminas cuentan lo que me robaba la atención, mujeres de 10, 15, 20 años o más mayores que yo.Eran tiempos en los que no pasaba de una simple mirada y bueno para ese entonces en mi historial solo había unas cuantas intercepciones con algunas señoras que se me cruzaban por el camino que tal vez me ...

... rechazaron –la principal causa mi edad- o lograba obtener su número pero al final no concretaba nada. Hasta que me encontré con Leticia.Retomando el relato al llegar al andén me coloco a un costado del pasillo que me llevo hasta ahí, recargado en la pared me dispongo a esperar el convoy que me lleve a mi destino, mientras lo hago veo que aparece una señora un tanto atractiva pero lo que realmente me llamo la atención son sus suculentas nalgotas las cuales forraba con una faldita por arriba de las rodillas, el cual lograba estirar muy bien con el tamaño de sus caderonas, mejor aún que todo eso iba acompañado de unas zapatillas que le realzaban más su rico culote lo que permitía que su movimiento de cachetes a cada paso fuera un buen espectaCULO.Enseguida arribo el metro el cual abordamos, no había nada más que hacer pues como les dije el metro venia demasiado tranquilo, lo único que hago es recargarme en el fondo del vagón donde se encuentra la puerta que une con el siguiente vagón –no necesito explicarles que este se encuentra cerrado con llave- a lo que la señora decide tomar asiento a unos cuantos metros quedando de alguna manera frente a mí, tal vez en alguna ocasión cruzamos miradas pero no hubo nada extraordinario que reportar, seguimos avanzando unas cuantas estaciones sabiendo que mi destino había tomado otro rumbo, de pronto me doy cuenta que ella se ha levantado del asiento, está por bajar lo cual yo también hago para poder admirar un poco más ese movimiento de culo hasta ...