Mi brasileño, el amor de mi vida
Fecha: 24/04/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Matlyon13, Fuente: SexoSinTabues
... ternura y le devolví un beso, y le dije. Yo: claro que te voy a perdonar Matheus, si me caes muy bien, pero esa clase de comportamientos no son correctos, tus padres te tienen confianza y no son tan estrictos, deberías ser más consciente. Mat: tienes razón y avergonzado bajó la mirada. Mat: espérame aquí. Fue a una de las habitaciones y regresó con las manos atrás, no pude ver lo que traía, se acercó y me pidió que tomará asiento, lo hice en una de las sillas del comedor, se paró frente a mí y extendió un cepillo de madera. Mat: Mi madre siempre que me porto mal amenaza con darme un a paliza con esto, jamás lo ha hecho ni con sus manos. No supe que hacer, no tome el cepillo, estaba en blanco, lo puso en la mesa junto a mí. Mat: creo que has sido un gran amigo-hermano y yo no, merezco que me des unas nalgadas. Tomó el resorte de su short y lo bajó hasta sus rodillas. Vi su pene lampiño y pálido, el color en sus muslos e ingles blancas, se acercó hacia mí y se tumbó en mi regazo. Ahí estaban frente a mí, esas nalgas grandes y firmes, redondas, dos grandes pedazos de carne infantil posando frente a mí, el color más pálido de su piel, la textura tersa a la vista, un culo diáfano e inmaculado, creí estar soñando. Yo: bueno Matheus, creo que esto es muy maduro de tu parte, te daré seis nalgadas pero con las manos, creo que el cepillo es excesivo. No iba a desaprovechar esa oportunidad. Alcé mi mano y la dejé caer firmemente en su nalga derecha, el sonido me puso más excitado, de ...
... inmediato se marcó mi mano en su nalga de un color rosado, al segundo impacto note que esas nalgas eras todo músculo, no se movían más que lo mínimo y Matheus empezaba a sollozar, el tercer impacto entre las dos nalgas hizo que mi pequeño crío soltara un alarido, el cuarto cayó en la parte baja de ese manjar y lo hizo brincar, el quinto y el sexto fueron rápidos pero con gran dureza, provocando un color rojo fuerte en sus hermosas nalgas y liberando por fin un llanto de arrepentimiento y dolor que se da solo cuando el castigo es justo. Instintivamente antes de dejarlo parar, sobé sus nalgas por un rato y las besé tiernamente. Yo: ya puedes levantarte guapo. Se sentó en mis piernas aún con los pantalones abajo, puso su cabeza en mi hombro y empezó a llorar abrazado a mi cuello. Mat: peerdonnaamee .-su voz se cortaba por el llanto.- me voy a portar bien, lo prometo. Yo: mírame a los ojos, siempre que tú seas sincero y honesto te voy a perdonar, esto que acabas de hacer es un acto de valentía y habla muy bien de ti. Decía esto y le besaba las mejillas secando sus lágrimas con los labios. Se levantó de mis piernas y cuando se disponía a subirse los shorts tiró una mirada a mi entrepierna. Mat: je, je, tu pito está duro como el mío. Me puso tan caliente que dijera eso que no pude contener mis ganas de que esto llegará más allá. Yo: si,¿ lo quieres ver? Mat: de verdad puedo? Y sus ojos se iluminaron. Me bajé el pantalón de pijama que traía puesto y apareció mi falo de 20 cm de largo ...