Historias de madame Lili - Capitulo 2º (extendido)
Fecha: 25/04/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Alex B.C, Fuente: CuentoRelatos
... salvó, míreme, estoy aquí por usted", le besé las manos como si de un Dios se tratase, para mí lo era, Mi vida comenzaba a coger sentido, desde aquel momento comencé a llamarme Lili, pero solo cambie el nombre porque yo seguía a lo mío, ¡el sexo!, no podía quitármelo de la cabeza, y menos en esa barriada, que chicos mas guapos y fuertes, sobre todo uno, el panadero, no dejaba de tener fantasías sexuales con él, alto, moreno, ojos verdes, moreno de piel, ancho de espalda y unas piernas ¡¡ay, qué piernas!!, ¡menudo hombretón!, Siempre estábamos de bromas, y miradas tontas, alguna vez que otra le he pillado mirándome el escote, cosa que se y lo hago más a conciencia cada vez que voy a la panadería, a veces es tanto mi provocación que se pone muy nervioso ante mí, recuerdo un día, él estaba fuera del mostrador, reponiendo unos dulces, me acerqué donde él estaba, al pasar por detrás de él, rocé mis pechos en su espada, quería ver su reacción, de reojo me miraba, pero no dijo nada, así que planeé otro plan, agacharme muy picarona, el estaba detrás de mí esta vez, no le rocé, pero para él como si lo hubiese hecho, al mirar con disimulo la cremallera de su pantalón, estaba mas abultado que cuando entré, ¡vaya me habéis pillado, si miré!, el chico estaba tan nervioso que creo que no sabía ni lo que hacía, estaba reponiendo lo mismo una y otra vez, creo que se lo que en ese mismo instante, le pasaba por la cabeza a Oscar, Estaba obsesionada con el sexo, a veces, cuando Mr. Adam's no ...
... se encontraba en casa que eran pocas las veces, solía pensar en algunos hombres, incluido en Oscar el panadero, y me masturbaba, ¡como sentía!, pero necesitaba un hombre, estaba cansada de las masturbaciones, no están mal, pero mucho mejor, si es real. Un día nos quedamos sin pan, ya era tarde, casi de noche, bajé a ver si encontraba algo abierto, directamente me fui hacía la panadería, suerte la mía, que aún estaba Oscar dentro, llamé a la puerta, y me abrió él, ¡ese pedazo de hombre!... Le comenté, que me había quedado sin pan, me ofreció entrar al obrador... él iba a mi lado, mi corazón estaba acelerado, un cosquilleo atravesando mi cuerpo, sentía deseo de él, ¡lo deseaba!, me detuve y él volvía con la barra de pan, ¡¡yo no podía dejar de mirar su paquete!!, tenía que ser enorme, se podía apreciar, claro miraba con disimulo, ya me entendéis, pero aquello debía de ser ¡enorme!, podía traslucirse a través del pantalón, él se dio cuenta y con el pan en la mano se fue acercando a mi, muy poquito a poco, yo estaba de pie cerca de la mesa de madera rústica, Oscar estaba con su mirada clavada en mi escote que por cierto yo me abrí la camisa con picardía para llamar su atención, soltó la barra en la mesa y mojándose los labios comenzó a acariciar con sus manos mis pechos, yo sentía como su miembro se estaba poniendo endurecido por momentos, cada vez que me apretaba podía sentirlo a través de la ropa, su cabeza estaba hundida en medio de mis pechos y sus manos apretando mi trasero, ...