Semen Girl - Relatos Eróticos

Semen Girl

—Me encanta la verga! —Le dije... Lo sabía contestó, lo supe siempre, y te digo algo? eres mucho más lindo como mujer... Me tomó por el cabello y me hizo arrodillarme ante él, se quitó cinturón, desabrochó su pantalón, bajó el cierre y liberó a ese delicioso intruso... —Te gusta verdad? ¡No tienes idea cuanto! Abrí mi boca y lentamente fue metiéndolo hasta que su gorda cabeza chocó en mi garganta, podía sentir cada vena en su tallo, las había visto cientos de veces me sabía la orografía de su pinga a la perfección y ahora tenía tres cuartas partes de ella dentro. —Te la vas a traga toda hijo de tu pinche madre! Y Ahorita mismo pinche putito! Me dio una cachetada, me subió el vestido hasta la cintura, y dijo: —Me gusta tu culo, siempre me ha gustado y por estas nalgas supe que eras un puto porque solo los putos las tienen así de ricas —mientras me daba una nalgada que me hacía sentir suyo... Nunca imaginé estar así arrodillada ante él, mamando su pito, claro que lo había soñado, pero la sensación real era mil veces mejor a como lo había imaginado. Esa mañana lo había decidido, a partir de hoy todos los hombres verían en mí a la princesa de sus más perversos y cerdos sueños. Mi cuerpo me lo había dicho desde siempre, mis piernas sin vello, mi tersa piel, mi estético pene, mis ensanchadas caderas y mis redondas nalgas me lo decían, eres una nena, no importa lo que digan tu eres una nena... Así salí en busca de hombres, de provocarlos, de hacerlos dudar de su hombría al ...

... hacerlos sentir deseo por otro hombre... Caminé hasta la estación de metro más cercana "Sevilla" bajé las escaleras, puse la tarjeta en el sensor y esperé en el andén, amo las faldas cortitas y entalladas, siempre pasa lo mismo, son dulce miel para mis calientes osos, me observan, me desean y solo piensan en lo mismo meterme la verga, estrellar sus huevos cargados de Semen contra mis nalgas, jalarme el cabello y nalguearme, mueve pinche joto! Así maricón! Que rico las mueves putito... Amo que un macho me haga suyo, que me enseñe quien manda y me recuerde que nací para darles placer... El metro finalmente llegó, elegí el vagón más lleno y entre con una sola meta, ser manoseada y tocada, reconocida como lo que soy una puta una pinche puta con verga... Pedí permiso y me coloqué justo en medio del área de puertas, a esa hora los vagones están divididos, los primeros para ellas, las aburridas y los que siguen para los sementales, y para las calientes como yo... Las puertas se cerraron y las manos empezaron a reconocer el terreno, mis piernas, mis Nalgas, podía sentir como se agasajaban, como las tocaban con ganas de mas, me subían la falda y yo solo sonreía y la bajaba, "Que ricas nalgas tienes cariño, Ay mamita! pasa la panochambear. panocha? no ves que es guey! Cual panocha? Como crees! No mames estas carnes son de vieja! Que es guey... Mira agarrale acá. Yo los dejaba seguir hacía como que no pasaba nada y los veía en el reflejo del cristal, sus miradas, sus bocas saboreándome! Ah ...