La reeducación de Areana (25)
Fecha: 30/10/2017,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... cara y las tetas de la niña, intercalando algunos mordiscos que provocaban en Areana gemidos de dolor. Entre besos y mordiscos la llamaba puta del infierno y en un arranque de furor originado en su propia derrota como sierva de Dios la escupió en la cara. Areana ardía por la penetración de esos dedos y por el tratamiento al que estaba siendo sometida. No quiso ni siquiera limpiarse el escupitajo que, por lo humillante, aumentaba su excitación. La profesora no atinaba a jugar con su clítoris y entonces lo hizo ella con el pulgar de su mano derecha. -¡Haceme lo que te hago! –le exigió de pronto su violadora y entonces Areana se ladeó un poco hacia ella y le introdujo dos de sus dedos en la concha, rodeada de una espesa pelambre. Con su pulgar se puso a estimular el clítoris, que notó inflamadísimo y entonces la Godínez se deshizo en un suspiro largo y ronco. Ambas alcanzaron el orgasmo poco después, con diferencia de algunos pocos segundos. Tardaron bastante en recuperarse y la profesora, cuando pudo hablar con su respiración ya normalizada, dijo mientras se ponía de pie: -Debés estar contenta, ¿eh, sierva del Diablo? –y comenzó a vestirse. Areana no estaba contenta sino que sentía culpa por haber tenido sexo sin la autorización de su Ama y en verdad deseaba que ella la castigara y así liberarse de ese sentimiento. -Vestite, puta. ¡Vamos, vestite! –la apremió la profesora y entonces se puso de pie con algún esfuerzo. Minutos después ambas abandonaban la sala de profesores y ...
... una vez en la calle la Godínez, que no había dejado de santiguarse en todo el trayecto la tomó de un brazo y le dijo como mordiendo cada palabra: -Olvidate de lo que pasó, Kauffman. ¿Está claro? Y si volvés a masturbarte en el aula o hacés alguna otra chanchada pido tu expulsión, así que ya sabés. -Sí… Sí, señora… -murmuró Areana cuando ya la profesora se alejaba y la niña no podía evitar que su mirada se fuera tras esas nalgas casi enormes. ……………. Minutos después, ya en la casa, le contó a Milena lo ocurrido y le habló de la culpa que la agobiaba, como catarsis preparatoria de la confesión a su Ama. -Sos muy puta… Muy perra en celo. Contame cómo es físicamente esa profesora. –ordenó Milena ganada por el morbo y mucho más cuando supo que la Godínez era una mujer madura, de porte imponente, anchas caderas, buenas piernas y gran culo. -Ahora llamala a la señora Amalia y contale lo que hiciste, pendeja de mierda. –le ordenó la asistente tratando de ocultar la calentura que sentía por el relato de la esclavita y al imaginarla en manos de semejante mujerona. Eso fue lo que hizo Areana, llamar a Amalia y contarle, con voz temblorosa, todo lo ocurrido. Al finalizar, le rogó perdón, sinceramente compungida y culposa por su debilidad. -Me gusta tu actitud, perrita. –le dijo el Ama. –Me gusta que sientas culpa por haber cogido sin mi permiso porque eso indica tu conciencia de mi autoridad absoluta sobre vos, pero quedate tranquila, porque a partir de ahora lo que quiero es que te dejes ...