1. Negación - Capítulo 11


    Fecha: 01/05/2019, Categorías: Gays Grandes Relatos, Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos

    ... hizo gracia el cambio y también comenzó a reír de buena gana. - Al menos mantienes la movilidad del pie – dijo entre carcajadas. - No lo amputaste cuando tuviste la oportunidad – le recordé. - Me arrepentiré toda la vida. - Ahora tendría una pierna completa sobre la chimenea decorando mi sala. - Ahora te ríes – dijo, poniéndose serio de un segundo a otro -. Hace una semana sólo llorabas. Me pregunté qué tornillo se le zafó a este hombre, los cambios de humor tan repentinos eran señal clara de locura, apunté eso en la lista. - Es que eres tan feo, que me da pena. - ¡Ah! Estás de buen humor… - No. - Pero te estabas riendo… - ¡Pero ya no! – dije, dejándome llevar por su locura. - Los chicos dicen que eres un poco melancólico. - ¿Los Chicos? - Claudia y Miguel. - ¿Los Chicos?... ¿Te refieres a “mis” amigos? – enfaticé en que eran de mí propiedad, sólo míos. Si de ellos se trataba yo era Gollum. - Sí, ellos… - dijo, haciendo caso omiso a mis arrebatos. - ¿Por qué hablas tanto de mí con “mis amigos”? - Porque… - se sonrojó -, quería saber si sabían. - ¿Sabían el qué? – lo apremié. - Que eres gay… quería saber si sabían que eres gay. Me quede mirándolo, y sentí que un agujero negro se abría en el piso y me tragaba. - Claudia lo saber ¿verdad?, ella debe saberlo porque… - lo interrumpí. - Yo no soy gay – puntualicé. - ¿Cómo que no eres…. ¡Ah! Comprendo, ¡eres Bisexual! – dijo abiertamente, como quien describe el día. - No. - ¿Entonces cómo explicas los cultivos rectales? – preguntó, ...
    ... ahora verdaderamente confundido. - ¿Cómo? - Los cultivos rectales, llevas haciéndote esos exámenes casi mensualmente durante los últimos dos años. Roberto te ha tomado un montón de ellos. - ¿Roberto? Sabía claramente a qué exámenes se refería, y al médico qué realizó la toma de muestra, sabía todo eso y no podía dejar de comportarme como un idiota. Inventar alguna escusa que lo alejara de la verdad. Pero las pruebas era irrefutables, y en vez de pensar en posibles mentiras –de las que estaba harto-, comencé a preguntarme hasta qué punto podía confiar en el hombre que me sondeaba con esos ojos verdes, llenos de curiosidad y sin una pisca de acusación o rechazo. - El Dr. Santibáñez… vamos, no tienes de qué avergonzarte… ¿Eres un poco promiscuo no es verdad? Lo miré a los ojos, y el pareció arrepentirse en el acto de la última pregunta que formuló. - Disculpa… eso… - No te preocupes Logré articular palabras por fin, el estupor de la sorpresa comenzó a desvanecerse, y pude pensar con claridad. Le contaría la verdad… a medias. - No sé bien como pasó, pero me enamoré de mi mejor amigo cuando tenía trece años – le conté -. Por razones de la vida nos separamos cuando íbamos a cumplir diecisiete. No me he vuelto a enamorar en la vida… esa es la historia. - Pero… te has acostado con otros hombres – me sonrojé. - Sí, con un par… pero nunca lo disfruté la verdad… - dije, tratando de justificarme, -. Creo que esta conversación no tiene nada que ver con mi pierna. - Yo no lo veo así. - ¿A ...