1. Tradición familiar (Cap. 01)


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Incest_Lover, Fuente: CuentoRelatos

    ... sonrisa en el rostro viendo como su padre gozaba con sus atenciones. Podía sentir como mis bragas se humedecían mientras los veía. -Sera mejor que te pongas en posición, hija, no aguantare mucho.- dijo mi abuelo. Mi mama se colocó a cuatro patas sobre la cama y rápidamente mi abuelo se posiciono detrás de ella y le hundió la polla de un solo movimiento haciéndola gemir de placer. -Ayyyy, papi, que rico, mmmmm, me encanta tu gorda verga, papa.- decía mi mama mientras el abuelo la penetraba. -Ufff, que buena hija tengo, siempre dispuesta a complacer a su padre, mmmm, adoro tu coño, Elena.- respondió el abuelo. Mi madre tenía el rostro hundido en la cama mientras lanzaba sendos gemidos de placer. No estaba segura si alguien más podía escucharlos pero parecía que no. Yo era la única espectadora de aquel prohibido espectáculo y sin pensarlo lleve mi mano hasta mi coño. Sin perder tiempo me metí 3 dedos dentro de él y comencé a jugar con mis pechos. Mordía la toalla con fuerza para evitar gemir y ser descubierta pero los gemidos de aquella pareja eran más fuertes que los míos. -Más papa, mas, ya falta poco, mmmmm, siiii, me corrroooo.- grito mi madre anunciando su orgasmo. -Yo también me corro, hija. Ahhhhh. El abuelo le siguió disparando su leche dentro de ella. Lo observe sacar su polla del coño de mi madre y pronto comenzaron a chorrear los restos de su corrida. Regrese a toda prisa a mi habitación sin siquiera bañarme; aun intentaba comprender lo que había visto. ¿Cómo era ...
    ... posible que mi madre y abuelo hicieran aquello juntos? Sin embargo por lo intenso de sus gemidos ambos lo habían disfrutado en grande. ¿Cuánto tiempo hacia que venían cometiendo aquel acto inmoral y prohibido? Por las palabras de mi abuelo llevaban años haciéndolo. Si no lo hubiera visto con mis propios ojos no lo hubiera creído. Lo más increíble de todo era como me había excitado viéndolos y masturbándome al hacerlo. Mis bragas húmedas me recordaban lo que había hecho y a pesar de haberme corrido aún no estaba satisfecha. Saque mi viejo consolador de su cajón secreto y me masturbe con furia recordando una y otra vez aquellas pecaminosas imágenes. No sabía porque estaba tan excitada, tal vez porque todo aquello era tabú pero debo haberme corrido al menos unas 3 veces más esa noche. Deje descansar a mi consolador hasta la madrugada y totalmente cansada caí dormida totalmente cubierta por los jugos de mis corridas. Desperté con las imágenes aun frescas en mi mente. Salí a tomar una ducha para limpiarme por completo y luego baje a desayunar. Mi tía Raquel se encontraba cocinando como de costumbre y la mayoría de mi familia ya habían desayunado y salido a realizar sus diversas actividades. -Buenos días, dormilona. Creímos que no te levantarías hoy.- me saludo mi tía al entrar a la cocina. -Disculpe, tía, es que en verdad estaba cansada, estoy aprovechando recuperar todo lo que no dormí por estar estudiando en la universidad.- le dije sentándome a la mesa. -Estudiando, si como no. ...
«1234...8»