Helena en el garaje
Fecha: 03/05/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Voyerismo
Sexo Duro
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... esta altura yo me encontraba bastante excitada con esta visión y comencé a acariciarme mi humedecida concha muy suavemente, disfrutando la escena de ese bruto cogiendo a Helena.Cada varias embestidas, volvía a darle fuertes palmadas sobre el culo, haciéndola gritar.El hombre gruñía como una verdadera bestia salvaje, a medida que aumentaba su placer y su ritmo. Podía ver la enorme verga que entraba y salía del interior de mi amiga, mientras sus fluidos vaginales se deslizaban por sus delicados muslos, señal de que su concha comenzaba a lubricarse bien.Repentinamente sus quejidos se transformaron en unos muy evidentes gemidos de placer, mientras su cuerpo reaccionaba y comenzaba a responderle al rítmico bombeo del hombre, moviéndose hacia atrás para encontrase con esa gigantesca verga que la empalaba.“Nooo!” volvió a gritar Helena, pero esta vez me pareció que no sonaba a protesta. Unos segundos después volvió a gemir “No, no, no!” una y otra vez, mientras se retorcía bajo la enorme pija… y entonces tuvo un prolongado orgasmo, mientras gemía, jadeaba y temblaba.El hombre sonrió al notar el climax que había alcanzado casi involuntariamente Helena y continuó bombeándola sin misericordia, muy duramente, haciéndola levantarse en puntas de pie con cada embestida.Podía ver su verga entrando y saliendo, ahora lubricada por los fluidos de esa hermosa concha.El cuerpo de ella se movía hacia adelante y atrás, al compás de esa enorme pija que la perforaba incansablemente.“Despacio, ...
... despacio!” le gritó al hombre, pero era inútil, ya que eso lo incitaba todavía más a seguir penetrándola cada vez con más potencia que nunca, con mucha brutalidad….El tipo la sostenía ahora por las caderas, trayéndola de regreso hacia su verga con deliberada potencia, disfrutando del dolor que le producía a ella tanta brutalidad innecesaria.Los gemidos de mi amiga se hacían más audibles con cada embestida, parecía a punto de alcanzar un segundo orgasmo.De repente volvió a gritar “Oh, no!” y comenzó a retorcerse bajo el peso del asaltante, mientras empujaba su delicado trasero contra él. Temblaba y gemía otra vez, señal inequívoca de que había acabado nuevamente en otro intenso orgasmo.Vi al hombre alzar su cabeza hacia atrás y gruñir salvajemente con su boca bien abierta. Supe entonces que había derramado todo su semen en el interior de mi amiga. Rápidamente retiró su chorreante verga de ella, dejándola jadeante y temblando todavía de placer.El tipo se inclinó sobre ella, la tomó por los cabellos, llevando su cabeza hacia atrás. Le comió la boca en un prolongado beso y le espetó en su bello rostro:“Lo disfruté mucho, putita, la próxima vez te voy a romper ese culo hermoso”Lo observé vestirse en silencio y luego desapareció por un rincón del garaje, sin dejar rastros.Helena todavía permaneció unos instantes gimiendo doblada sobre el capot, mientras restos de semen corrían desde su inflamada vagina por sus torneadas piernas hasta el suelo.Cuando comenzó a incorporarse regresé ...