Supertanque -2 - Relatos Eróticos

Supertanque -2

... la cara y toda tu bonita ropa... Sera mejor que tomes pronto una decisión, pues estoy a punto de... Explote en su boca, literalmente. Era una sensación maravillosa entre placer, hijoputismo y ¿Qué cojones acabo de hacer? La solté del pelo. – Ya puedes retirarte, he acabado – Se la saco de la boca y me miro – Siento ser un cabrón vale. Pero me has hartado, he perdido la cabeza. Joder no es como si te hubiera hecho nada malo – Seguía sin responder ni moverse. Solo me miraba – Sé que no tengo perdón, pero joder... Joder... – ¿Y quién te ha dicho que te disculpes? – me soltó con rabia. – Tus ojos. Me odias ahora mismo. – Miro al suelo. Me puse en cuclillas y empecé. – Mira no sé de que va todo este rollo, pero hagamos como que aquí no ha... Me besó. Era absolutamente maravillosa. – Vuelve a hacerlo. – ¿Qué? – Haz que me sienta tuya de nuevo, por favor. ¿En qué lío de cojones me estaba metiendo? – Joder, joder, joder joder... Oye, acabo de ser un cabrón como no recuerdo, acabo de explotar como no recuerdo. No me puedes volver a pedir repetirlo – Méteme el dedo, no me importa. – A mi si, vale. No es que este orgulloso de lo que acabo de hacer precisamente – Mi boca no ha sentido lo mismo. – ¿Tienes idea del tiempo que necesito para recuperarme? Las chicas podéis seguir, nosotros no, ¿No te enseñan eso en Catequesis? – No respondió. Tenía la cabeza hacia un lado para no verme. – Vale , de acuerdo. Levántate, y bajete los pantalones. Empezó a hacerlo estando tumbada. – No, de pie ...

... por favor, y no hace falta que te los saques, solo que te los bajes. Bien, así, y ahora las bragas que intentas esconder con ambas manos, por favor. Esta vez dudo más, pero lo hizo. Verla con los pantalones y las bragas por los tobillos era un placer difícil de describir. Pero... – ¿Quieres que te meta un dedo cuando me lo estás escondiendo con ambas manos? – Lo siento, no puedo evitarlo. Es la primera vez que un hombre me ve... así. – Sí, hoy esta siendo tu primera vez en muchas cosas. Bien, puedes quedarse así todo el tiempo que quieras. Cuando retires tus manos, es que estas preparada Pasaron unos minutos y la chica seguía sin moverse. – Vale, de acuerdo. Me piro. – ¡No!. Me acerque a la puerta. Intento correr y se cayo de boca. Me descojone de la risa, no pude evitarlo. – ¿De qué te ríes? – De ti, ¿Te has hecho daño? – Sí, claro que me he hecho daño. Me he caído de boca y todo por tener los pantalones bajados. – No, te has caído por que has salido corriendo detrás de mi. Oye escucha, voy a ser sincero. Tú, para esto no vales. Eres demasiado puritana, demasiado reprimida y... Y mientras hablaba, para levantarse primero se puso a cuatro patas y luego se enderezo sobre sus rodillas. Sin manos en ningún sitio, esta vez. Era gloria bendita verla así. – O vaya. – No puedo levantarme más sin quitarme la ropa del todo y no sé si puedo hacerlo. – ¿Qué ha sido eso? – Qué si me levanto del suelo sin ropa, o me quedo así. Hizo el intentó de levantarse. – Que estupidez... No, ponte a ...