1. Secretos de familia (1)


    Fecha: 06/05/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, me llamo Laura y necesito relataros una experiencia que me sucedió hace tres años y que ha marcado mi vida definitivamente. En ese tiempo yo tenía 47 años (ahora voy a cumplir 50 en diciembre), y llevaba casada con Ramiro dos años. Ambos habíamos enviudado jóvenes y, por amigos comunes que nos citaron, comenzamos a conocernos y en poco tiempo decidimos casarnos. Supongo que nuestro matrimonio no fue realmente por "amor", sino por necesidad de compañía y protección. Ramiro es un buen hombre, delicado y trabajador, que siempre me ha tenido una gratitud infinita por la dedicación que le profeso. Él tiene una hija (Elvira) que tenía 16 años cuando nos casamos (ahora tiene 21) y, aunque no protestó excesivamente por el nuevo matrimonio y por el hecho de que yo me instalara en su casa familiar, junto a mi hija Rosa, no tuvimos buena relación desde el principio, porque yo consideraba que era una niña demasiado mimada y consentida. En realidad, Elvira tenía una educación totalmente diferente a mi hija, y me preocupaba que la influyera negativamente. Elvira era (y sigue siendo) una chica rebelde y desvergonzada; Rosa, una chica tímida y respetuosa. Más de una vez la vi, desde jovencita, frecuentando malas compañías que la acompañaban a su cuarto, aunque yo me hacía la desentendida para no disgustar a su padre ni crear enfrentamientos entre ella y yo. No obstante, raro era el día en que no tuviera discusiones con ella, y que no me diera una mala contestación al estilo ...
    ... "cállate, tú no eres mi madre" o "dedícate a sacarle el dinero a otro que no sea mi padre". Pasó el tiempo, e intentaba por todos mis medios acercarme a ella, incluso el día en que llegó con 17 años con un piercing en la lengua y otro en la nariz, la defendí frente a su padre para ganarme su confianza. "Son cosas de la juventud, ya se cansará de ellos", le razoné a Ramiro y, por fin, conseguí convencerle de que le permitiera llevarlos. El tiempo de convivencia parecía suavizar las cosas con ella, pero todo se me fue de las manos una noche de septiembre de hace tres años. Aquel día, Ramiro se había ido a acostar muy pronto porque se encontraba mal, y yo me quedé después de la cena viendo la televisión en el salón con mi hija. Eran más de las doce, cuando Rosa se fue a acostar y yo le dije que esperaría a que llegara Elvira porque era tarde y me tenía preocupada. Un par de horas después, Elvira entró en casa con la cara desencajada y llorosa y, al verme esperándola, se sorprendió mucho y me dijo: "no me preguntes por qué llego a estas horas, no tengo ganas de hablar con nadie", y aquello me dejó tan fría que no tuve valor de pedirle explicaciones. Seguí viendo la televisión un rato hasta que empecé a escuchar desde el piso de arriba (vivimos en un chalet) los sollozos de una mujer. Subí rápidamente y me di cuenta de que aquellos sollozos provenían del cuarto de baño de arriba. Como la puerta estaba entreabierta, entré sin llamar y me encontré a Elvira sentada en la taza del water, ...
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