Eliezer
Fecha: 11/05/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Relájate verás como entra sin hacerte daño. Y así lo hice, y empecé a notar como me distendía el ojete, que a duras penas se relajo para dejar que entrara su punta. Yo me quejaba, pero muy quedamente, porque no era dolor lo que sentía, sino el músculo tremendamente dilatado, y como empezaba a resbalar sobre su glande. Al completar el ingreso del glande, al llegar a esa parte más delgada de su pinga, mi culo pareció sentir un ligero alivio, o agradecido porque era más estrecha ahora su pija, o acostumbrado ya a la invasión. Entonces empezó algo maravilloso, empecé a notar cómo avanzaba dentro de mí recto. Notar como rozaba partes de mí que no sabía siquiera que existían, lentamente, hasta que note que su pubis chocaba contra mis nalgas. Aparte de ellas mis manos, ahora ya inútiles, porque ya no era necesario que separara las nalgas: estaba totalmente dentro de mí. Así quedó unos instantes, sin moverse, dando tiempo a mi culo a que se acostumbrara a esa invasión, a esa dilatación descomunal: sentía un ligero dolor, por la distensión del anillo de mi culo, y una cosa caliente que me llenaba el recto. Enseguida, despacio, empezó a retirarse de mí. El culo, que hasta entonces estaba fruncido hacia dentro, se distendió hacia afuera, como si quisiera seguir a aquel invasor que tanto gusto le estaba dando. Entonces empezó un movimiento sincronizado con mis jadeos: me la hundía hasta el fondo, hasta chocar con su pelvis y sus bolas en mis nalgas, muy fuerte, de un empujón, y, ...
... llegado al fondo, la extraía lentamente, para sentir mi culo abrazando a su pija que parecía querer retirarse; y casi llegada al exterior, cuando parecía que se iba a salir, de un empujón nuevamente hasta dentro. Mi respiración se acompasó a este ritmo de penetración, coincidiendo con sus arremetidas, haciéndolo rozar entre mis labios entreabiertos: Noté que, sin cambiar la alternancia de mete-saca, su ritmo se había incrementado ahora: entraba aún más violentamente, y resbalaba un poco más aprisa que antes hacia afuera. Y entonces, coincidiendo con sus resoplidos, y con una dilatación aún mayor de su pija, que notaba como si pulsara, empecé a sentir una cosa caliente que me llenaba el recto, unos chorros calientes, que notaba, por los impactos contra las paredes del recto. Y así varios chorros, mientras él continuaba metiéndola y sacándola, y yo jadeando, hasta que nos derrumbamos sobre la cama, yo sobre mi vientre, y el sobre mis nalgas, mientras notaba aún su pija dentro de mi culo. Decía que yo era su primer mujer, que era virgen, lo cual no creo del todo, pues lo que hizo no lo haría un inexperto. Luego le pedí chupara mi puchita pero a él me dijo que no podía más que no perdiera el tiempo ya quería penetrarme, abrí las piernas y le dije que despacio, pero cambie de opinión y tomé su pene y lo metí en mi boca, chupandolo largamente, el saboreó ese momento y me repitió que ya no aguantaba, así fue metiendo su verga poco a poco hasta que desapareció, después de un rato se ...