La primera cita con Ana. Calor en el coche. - Relatos Eróticos

La primera cita con Ana. Calor en el coche.

Llegué al lugar convenido con bastante antelación. Demasiado pronto. Me rasqué la cabeza y moví las piernas de aquí para allá, nervioso, esperando su llegada. ¿Cómo sería?Finalmente Ana llegó. Nada más saludarnos se notaba que ambos estábamos nerviosos. Era la primera vez que teníamos una cita de este tipo. Ambos teníamos pareja pero la rutina había aletargado nuestra sexualidad. Estuvimos dando una vuelta y charlando un rato para romper el hielo, un hielo que sabíamos que era fino: la máscara de protección que formamos frente al miedo o al pudor. Un hielo que se quebró fácilmente al intercambiar nuestras primeras palabras y terminó por derretirse al besarnos.Olvidamos el frío mientras nos besábamos bajo las estrellas. Eran besos cada vez más ardientes. La cogí de la cintura para pegar nuestros cuerpos y que notara mi erección. Al notarla excitada cogí su culo y lo apreté, como queriendo atravesar el pantalón para llegar a su vulva. Nos susurramos cosas que escandalizarían a más de uno al oído. Era el momento de buscar un sitio mejor.Entramos al coche y vagamos metiéndonos mano hacia un lugar oscuro, apartado, rodeado de árboles. Apago la luz. La luna llena nos da suficiente luz para vernos bien. Nos desabrochamos al fin los pantalones y ella se levanta el suéter para enseñarme los pechos. Estamos encendidos. Ambos nos masturbamos viendo el cuerpo del otro. Su mano derecha juega con el interior de su vagina y su clítoris, mientras que la izquierda me masajea los pezones. Mis ...

... dos manos también están ocupadas: una en el tronco del pene y otra en los testículos. Cojo su mano derecha y chupo sus dedos índice y medio. Están deliciosos.Bajo la cabeza hacia su coño. Ella sabe a lo que voy y pone su espalda contra la puerta, se abre de piernas y me lo enseña en todo su esplendor. Lo abre con sus dedos para que lo vea y lo chupe bien, así que lo hago. Recorro con mi lengua toda su longitud y algo de su profundidad, así como el culo. Me detengo especialmente en el clítoris… mi lengua da vueltas y lo chupo de vez en cuando. Mis dedos se meten en su interior y noto lo empapada que está.Dios… hay algo en su sabor y olor que despierta mis instintos más a****les. Se suman a ello los gemidos de su explosión orgásmica en una salvaje sinfonía que hace que tenga que detener mi mano izquierda o todo acabará demasiado pronto. Ella puede correrse lo que quiera… quiero que lo haga. Yo debo esperar. Debo controlar a la bestia en la que me he convertido.Nos detenemos un instante a recuperar el aliento. Me limpio la boca con el dorso de la mano. Es como si acabara de beber una poción de vitalidad. Me siento tremendamente jóven y lleno de vida… y no soy el único. Se acerca y me besa la boca salvajemente, me lame los labios, las mejillas y la barbilla, como queriendo también beber de sus jugos, y luego baja hacia mi polla.Cierro los ojos y hecho la cabeza hacia atrás. Sus manos y labios me hacen sentir un enorme placer. Le acaricio el cuello y la cabeza para notar todavía ...