1. Vacaciones con los primos II - Mi yo hetero


    Fecha: 17/05/2019, Categorías: Transexuales Autor: chicochica, Fuente: SexoSinTabues

    ... vi lo que se carga "el primo" y lo mío es pequeño, pero te garantizo satisfacción Me lancé a besar sus labios, intercambiamos saliva y lengua, las yemas de mis dedos recorrían desde los hombros, por la espalda y hasta las nalgas, apenas rosando su aromática y tersa piel, con movimientos suaves, pasando al frente por sus piernas y bordeando el pubis, ocasionando contracciones en su abdomen; haciendo nuevamente el "tour", pero sin repetir la rutina, encontrando siempre nuevos caminos. Mis labios y lengua fueron recorriendo su cara, llegando a la oreja, que también besé y lamí, aprovechando para susurrarle "primita, qué buena estás" y obteniendo como respuesta solo sonidos guturales, jadeos y gemidos. Continué bajando, sin desabrochar el sostén, deslice los tirantes por sus hombros y brazos hasta dejar al descubierto un par de pequeños y bellos senos, exactamente iguales a los que "Lorena" tenía en sus mejores fantasías, redondos, firmes, con pezones erectos y un par de grandes areolas oscuras, casi moradas que eran como una invitación a mamar. Pretendía ir lento, sabiendo que quienes tenemos pene pequeño dependemos de los juegos previos para lograr llevar a una mujer a la gloria, pero los pechos de Lulú parecían tener vida propia y, palpitando, exigían atención inmediata; cual bebé hambriendo, me lancé sobre el seno izquierdo, queriéndolo comer completamente, succioné varias veces, me alejé un poco para verlo mojado con mi saliva, presioné el pezón entre mis labios y dientes, ...
    ... lamí alrededor, asegurándome de cubrir toda la areola y volví a mamar. Mientras mi boca se deleitaba con ese seno, mi mano izquierda comenzó a reaccionar, acariciando el plano vientre, llegando hasta la parte baja donde fui reconociendo los bordes y lo cubrí hasta comprobar que tenía la medida exacta de mi mano; tomé el pezón entre el pulgar y el índice, lo giré como quien sube el volumen de la radio y, finalmente, acaricié, masajeé y estrujé todo ese delicioso pecho. Mi mano derecha aprovechó para descender por la espalda y estacionarse en un redondo, carnoso y muy firme glúteo; lo acaricié muy suavemente, solo con las yemas de los dedos y repetí la operación de pasar al frente, rodear la zona púbica y regresar nuevamente a la nalguita. No había forma de que alguno de los dos lograra mayor nivel de excitación, el morbo del maricón jugando a ser hombre, cometiendo incesto con su prima, que estaba buenísima, Doña Juana durmiendo en el cuarto de al lado y, poco más allá, nuestros novios cachondos que se quedaron con las ganas; esos eran los ingredientes que nos tenían llenos de deseo y lujuria. Cargué a Lulú tomándola del trasero, la llevé a la cama y la dejé caer sobre el colchón; qué alivio comprobar que no había resortes ni ruidos que delataran lo que estábamos por hacer. Mi gusto por la lencería hizo que no le quitara el sostén, seguía alrededor se su cintura y me encantaba cómo se veía; dejé de ser suave, el romanticismo lo reservo para "Lorena", sin muchos miramientos le ...