Había una vez... - Relatos Eróticos

Había una vez...

... sostuvo y me dijo -Estás muy suave y hueles muy rico -Gracias (sonrojada) -Me gusta el color de tu piel, es blanca y suave -*pena mil* En ese momento el bajo su mano por mi pierna y la subió después. ´Sólo sentía su mano tosca y maltratada, sobre mi piel suave, con mi mano lo detuve, pues subía hacia mi entre pierna no quería que supiera que era un chico. -NO MAMI, quita tu manita� -Me dijo Sólo podía sentir mi mano suave, que nunca había hecho mucho trabajo, sobre su piel maltratada En ese momento puso su mano derecha sobre mi cara y su mano izquierda en mi cadera y me beso, era la primera vez que besaba, ni siquiera bese a una mujer, sentía sus labios partidos, su aliento caliente, y su fuerza de sus manos. En ese momento sentí como empezaba a tener una erección, tanto la mía como la suya, en ese momento el se da cuenta de mi pequeña erección, lo cual no lo sorprendió y no lo detuvo, sólo me dijo -Eres un nene, pero un nene muy lindo, sería malo que alguien se enterara Me dio miedo con esas palabras, y lo noto pero siguió� -Mi ...

... silencio tiene precio, sólo tienes que ser mía y hacer todo lo que te diga, ¿está claro? -Sí, pero no se lo digas a nadie� -No, Raquel no se lo diré a nadie Me tomo y me acostó en el sillón, el muy aténtame abrió de piernas y me beso, poco a poco el fue más agresivo, me tomaba de las muñecas, me besaba y me mordía el cuello, me tomaba de los muslos, me mordía en todas partes, yo excitada gemía, y cuando menos me lo espere, me dio una bofetada, su mano era fuerte pesada me dolió, pero eso me excito más, en ese momento se escuchó un grito� -Rodrigo ¿Dónde estás? En ese momento el se paro y me dijo, voy a seguir viniendo esta semana, mis amigos se van un par de horas a comer, en ese par de horas voy a regresar, y tienes que atenderme y complacerme, quiero me tengas hecha la comida y en todo momento obedecer� Yo con lágrimas corriendo por mi mejilla, con la ropa rasgada y con moretones y rasguños en todo el cuerpo, me encontraba en el suelo sentada, y excitada, me había hecho una mujer� Ya sabía lo que me esperaba al día siguiente�