1. Penetrando a mi tía


    Fecha: 24/05/2019, Categorías: Incesto Confesiones Autor: Rosete, Fuente: CuentoRelatos

    Este es mi primer relato, y es totalmente real. Comenzaré por hablar un poco de mí, soy un hombre joven, tengo 27 años, mido 174 cm, moreno, deportista, nunca me gustaron los vicios, o las drogas. Maduré desde muy temprana edad, y con regularidad mis amistades tenían el doble o más años que yo, puesto que las personas de mi edad, al menos con las que yo crecí, eran muy infantiles y tenían pensamientos e ideas bastante absurdas acerca de la vida en general. Mujeres en mi cama las he tenido desde vírgenes hasta maduras, y no lo digo por presumir, porque la verdad no me han sobrado, pero tampoco me han hecho falta, ¿tú me entiendes, verdad? Ahora quiero hablar de una de mis tías... físicamente ella debe medir quizá 168 cm, es morena clara, tiene bien formada la cintura, cabello chino hasta los hombros, una sonrisa de ángel, un par de senos pequeños pero bien formados, con unos muslos de infarto, y un par de nalgas que son la misma muerte, la perdición total, esas nalgas son enormes, redondas, suaves, duritas, bien paraditas. Cuando se pone un pantalón parece que va a reventar, cuando usa vestido sus nalgas hacen que por detrás se le vean más las piernas de lo grande que tiene el culo, y si usa mayón, ese par de pelotas se comen poco a poco la tela hasta dejarte ver esa línea que conecta adelante y atrás. Mi tía es casada todavía, tiene dos hijos, aún son menores; y para ser honesto, está casada con un buen tipo... (Aquí no aplica la típica historia de que ella fue infiel porque ...
    ... su esposo no la toca, o se va de viajes, esto es distinto). Quizá desde que yo tenía 20 años, comencé a desearla, ella nunca me dio motivos para hacerlo, a mí y a nadie. Pero esas nalgotas jugosas, despertaban mis bajos instintos, así que cada vez que la veía, mis miradas hacía su culo eran más constantes, incluso casi evidentes. Sin embargo a ella parecía no importarle... (Pues dudo mucho que no se diera cuenta). Su trato hacía mí nunca fue diferente... yo comencé a tener fantasías en donde le hacía el amor, incluso comencé a salir con chicas de culo grande sólo para coger con ellas y pensar en mi tía... pero lejos de calmarme, eso despertaba más mis deseos por ella, llegó a tal punto mi excitación que con sólo verla, mi pene se ponía tan grande y duro que hasta me dolía de lo firme que estaba, eso era incómodo porque no me cabe en el pantalón... y si yo no me distraía con algo mi pene se negaba a olvidar la erección, escurriendo miel por esa abeja reina. Un par de meses después de que yo cumpliera 25 años, hubo una pequeña reunión de familiares, (no era fiesta). Aquello fue en un rancho de la familia, hablando de algunas cosas importantes y algunas trilladas, pero al caer la noche, pusieron música y todos se fueron a bailar en el patío... yo estaba cerca de los caballos viendo a todos, pero me concentré más en mi tía, ella sacaba a bailar a todos, y siempre tenía una sonrisa en la boca, pero al observarla con mayor detalle, noté que era una sonrisa provocativa... conforme ...
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