Meando - Relatos Eróticos

Meando

Cierto día me invitaron a una fiesta. La casa, con piscina y jardín, y los propietarios que invitaron a demasiada gente. Después de varias horas de beber la gente se agolpaba en el único baño intentando aliviarse. Pero la espera era larga.Mi chica esperaba en la cola mientras que una de sus amigas no podía más. La cogí de la mano y la llevé al jardín lo más alejado de las luces. Entre dos árboles ella me pidió que me girara y yo le dije que lo que más me apetecía en ese momento era mirarle el chochito. Ella se levantó la falda y se bajó el tanga, separó sus piernas y dejó que yo la mirara meando mientras se separaba los labios con los dedos. Me pidió un pañuelo para limpiarse y yo la cogí poniendo su coño en mi boca. De pie con su espalda apoyada en el arbol y mi boca comiendose su mojado coño hasta hacerla correr y dejarle el chocho bien limpio. Me llevé su tanga de recuerdo.