La intensidad que te marca la urgencia
Fecha: 25/05/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Hetero
Autor: solotulosabes, Fuente: CuentoRelatos
... que aquello era temporal, por eso lo vivíamos con la intensidad que te marca la urgencia. El zumbido del móvil me abstrajo de mis pensamientos, sabía que era ella. La pantalla del móvil me indicaba que había entrado tres mensajes seguidos. Disimuladamente di la espalda a mis amigos, que por suerte, en ese momento mantenían una animada conversación sobre sus preferencias en mujeres. Así que puede leer los mensajes sin que me prestasen demasiada atención. - La tenías dura cuando te la toque. - Como se te baje te pierdes lo siguiente. Me la saque en el cuarto de baño después de estar contigo. El tercer mensaje era una foto de sus vaqueros desabrochados y debajo de los que asomaba el inicio de una braguita de raso color rosa. Antes de que me diera tiempo a contestar, me entro un cuarto mensaje. - Te espero en la esquina de la Colegiata en media hora, no tarde que llevo los pantalones desabrochados como en la foto, y me puede coger el frio. Al salir del local, caía esa fina lluvia gallega que te cala hasta los huesos, y por supuesto no llevaba paraguas, aun así enfile la calle y me dirigí hacia el sitio donde habíamos quedado. Al cabo de unos diez minutos de camino pasado por agua, vi su figura al fondo de la calle. Al verme sin paraguas se acercó corriendo para taparme con el suyo. - Te me vas a constipar - La culpa sería tuya, me has puesto caliente con tu foto y después me hace salir a la calle con este tiempo. - Habrá que calentarte de nuevo Mientras decía esto cogió mi mano, ...
... y la deslizo sus bajo sus braguitas de encaje, mis dedos fríos y mojados por la lluvia encontraron el centro de su calor, note como un escalofrío recorría su cuerpo motivado por el frio de mis dedos. Con los ojos cerrados y con un susurro de voz, me recordó que ya me había dicho, que me iba esperar con los pantalones desabrochados. La calle estaba casi vacía, la gente más cercana estaba a más de veinte metros de nosotros, la poca iluminación de la zona y las sombras, nos animó a prolongar aquellas caricias. Julia se había pegado a mí, la cremallera de sus vaqueros cedía a la presión de mi mano deslizándose hacia el interior de sus braguitas, mis dedos encontraron la pequeña franja de suave y sedoso vello púbico cuidadosamente depilada, seguí bajando por su monte de Venus hasta llegar a la comisura superior de los labios mayores. - Me vas a romper los vaqueros, mejor vámonos para casa. Me dijo con voz ahogada, mientras acercaba sus labios a los míos y nos fundamos en un beso mezcla de deseo y pasión. - Sentir tus dedos mojados y fríos tocándome, con la calle en penumbra y lloviendo, me ha excitado más todavía, espero que vengas con fuerzas. Aceleramos el paso, ambos estábamos excitados, queríamos desprendernos de la nuestras ropas, no solo por la humedad, sino otra vez por esa urgencia marcaba nuestros encuentros. Abrió la puerta de su apartamento, no le di tiempo a encender la luz, acerque mi boca a sus labios rojos iniciando un beso frenético a la vez que cálido, un beso con ...