1. Siempre (parte 1)


    Fecha: 28/05/2019, Categorías: Incesto Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    Se supone que vendría a cuidarme. Durante un año difícil en mi familia, mi tío Marcelo (el hermano pequeño de mi padre) se ofreció a quedarse conmigo mientras mis padres no estaban. Mi nombre es Cristóbal, y estos son recuerdos de mi niñez. Acaba de suceder algo que me hizo tener una especie de flash back, y considero interesante contar esta historia. Estaba entre los 9-10 años, y para ese entonces yo era un chico bastante inocente. Soy un chico delgado, piel blanca, cabello negro azabache, ojos café claro, labios gruesos y rojos, y una sonrisa agradable. En esa época era exactamente igual, solo que con rasgos más infantiles. Como decía anteriormente, era un chico muy inocente y tímido. No tenía hermanos, y mis amigos eran un poco más pequeños y mucho más inocentes, por lo que no tenía cómo imaginarme hasta donde llegaría esto. Mi abuela había sufrido un accidente y estuvo muy grave en la clínica por mucho tiempo, luego la derivaron a su casa y mi madre iba a asistirla pues es Enfermera. Todo eso fue por alrededor de 5 meses, los cuales tuve como niñero a mi tío Marcelo. En ese momento; Marcelo tenía 18 años, acababa de terminar el colegio y aprovechó de ganar algún dinerillo por cuidarme. Se quedaba conmigo desde las 4 hasta las 10 de la tarde y de lunes a viernes, ya que el fin de semana nos íbamos donde mi Mamá con mi Padre. Marcelo era un chico muy simpático, lo pasaba muy bien con él, y nos entreteníamos bastante. Siempre tuvo esa alma de niño que lo hacía tener una ...
    ... excelente relación conmigo, pero nunca había sucedido nada “anormal” entre nosotros. La primera semana estuvo muy bien, armábamos rompecabezas, veíamos Los Simpsons, comíamos golosinas: nos divertíamos mucho. Un día, a causa de una apocalíptica tormenta, se nos fue la señal de la Tv y quedamos sin nuestro programa favorito. Al cabo de unos minutos, la luz terminó por irse, y quedamos completamente a oscuras y aburridos. Marcelo fue a buscar algunas velas y las colocó en mi habitación, donde nos quedamos conversando. Ahí empezó todo. -Me siento como en la prehistoria. - dijo Marcelo. -Pero armemos un puzle o algo. - sugerí. -Está muy oscuro, te hará daño a la vista. -¿Entonces qué hacemos? -¿Quieres jugar al doctor?-preguntó incorporándose con una simpática sonrisa. -¡Ya!. . . ¿Y cómo se juega? -Yo seré el doctor, y tú serás mi paciente. - Preparamos la habitación y dimos inicio al “juego”. Se supone que yo entraba muy “enfermo” y él tenía que atenderme, y al final terminábamos en una guerra de cosquillas. Pero hubo momentos que no fueron así. Yo estaba acostado con las rodillas flexionadas y las piernas separadas, mientras él estaba entre ellas. Me dijo que tendría que sacarme los pantalones para poder “examinarme” mejor, a lo que yo dudé. Me negué al principio, pero al final me convenció diciendo que era parte del juego. Para quitarle el hielo al asunto y hacerme ceder por completo, me hacía algunas cosquillas y se ponía a reír como un idiota, lo que a mí me causaba una gracia ...
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