Mi problema moral - Relatos Eróticos

Mi problema moral

... disculpas: José- dijo- necesito regresar a mi casa, no he avisado y seguro se enojarán, discúlpame- esa disculpa pude intuir era en realidad por haberme traicionado, lo conozco bien Yo aún con esa rara mezcla de emociones lo miré directo a sus dos grandes ojos y le dije: No te preocupes hermano, otro día continuamos con esto, muchas gracias por ayudarme Él más tranquilo se levantó, me dio la mano seguido de un abrazo, tomó su mochilita y se fue. Puum! Se escuchó la puerta. En cuanto se cerró y con el piso limpio subí a mi habitación Todo pasmado y a paso lento llegué, abrí la puerta, me senté en el borde de mi cama y de golpe dejé caer mi cuerpo, miré el techo y de un impulso dije: No puedo creer que ella sea tan zorra, ¡pero me las pagará! Y Ale sin duda también, le daré donde más le duele, justo en su corazón. ¡Me aprovecharé de su hermanita! De su joya más preciada, el desgraciado sufrirá y mi madre, ella será castigada, pero no sólo por mí, sino por todos, será evidenciada hasta el grado de avergonzarse jajaja. Y de pronto caí, me quedé dormido: El sueño Aparecí en medio de la sala alado de a mi amigo Alejandro y mi madre, ellos estaban jugando la play a pura carcajada, al parecer no podían verme ni escucharme. Mi madre coqueta en un momento miró a Alejandro con la misma perversidad que en la realidad. Alejandro por su parte ante tal mirada se puso muy nervioso. Mi madre con esa misma actitud lo tomó de la mano con un cariño inusual traspasando así mi cuerpo que ...

... estaba justo en medio de aquellos Por lo visto ambos se querían mucho. De pronto el escenario cambió, ahora toda la ropa de mi madre y el piso estaba mojado de refresco. Ella portaba la misma ropa, es decir su leggins negro junto con su top tan sensual. Estaba de pie tratando de secarse, pero no lo lograba. Angustiada por la humedad se quitó su top, dejando sus hermosos pechos desnudos con sus hermosas aureolas y pezones rosaditos a la vista Estaba afanada tratándose de quitar su muy ajustado leggins, se esforzaba mucho pues aquella prenda parecía pegada a su piel ¡pero qué locura! Alejandro por su parte se quedó mudo y atónito mirando el espectáculo ¡Ay!- esto no se baja- dijo mi madre, mmmm… oye Ale ¿me ayudas?- Alejandro nervioso le movió la cabeza afirmando Ella con una sonrisa pícara le contestó: Deprisa mi niño que me mojo toda Él en un intento honesto la sujeto de los laterales con mucho cuidado tratando de no tocar sus gloriosas nalgas, no obstante no lograba bajarla Mmmm... ¡ya se! ¿por qué no te agachas?- le propuso Alejandro rojo como un tomate y sudoroso así lo hizo, pero esta vez, cuando tomó los laterales de sus leggins, ella de repente le sujeto las manos con las suyas y se las llevó hacia sus nalgas! -jala desde ahí mi niño, pero fuerte Alejandro esta vez sin resistencia moral, aprovechó para darle un sobeteo algo descarado (al pobre hasta la cara le había cambiado). -Vas bien mi niño, pero más fuerte o si no, no bajará Yo no lo podía creer, ¡mi madre lo estaba ...