Generación L (Capítulo 2)
Fecha: 31/05/2019,
Categorías:
Lesbianas
Sexualidad,
Autor: Ana Etxeberria, Fuente: CuentoRelatos
Repeinado. Cejas marcadas. Flequillo a lo motero. Manos elegantes. Perilla de tres días. La verdad sea dicha es que Óscar Lozano era bastante guapo y sonreía demasiado. Carla puso sus alertas en funcionamiento. Y más al ver lo caballeroso que era. Dejó que eligiera mesa y la ayudó con la silla. Aquí algo no iba bien. No se comportaba para buscar sexo sino confianza. Y la confianza se gana, no se busca. -¿Tienes hambre? Pide lo que quieras –seguía Óscar con su sonrisita picarona. -Me comería una vaca con ubres y todo –garantizó Carla. -Yo me quedaría con tus ubres. -Ja, ja, ja –masculló Carla con poca gracia. -Perdona, pero tienes dos buenas razones para mirarte el escote. -Es un top. Hace calor. No voy provocando si es eso lo que te preocupa. -Eso no es lo que dicen en las redes sociales. -¿Es que me has investigado? -Quiero saber con quién me relaciono. -Pues ya sabes que te relacionas con dos buenas tetas. Óscar soltó una carcajada. -No quiero que te sientas incómoda conmigo. Simplemente me adapto a la persona que tengo delante. -¡Camarero! –alzó Carla el brazo y viéndose su axila bellamente depilada. -Si te soy sincero, impones más en persona. -Parece que me conoces, Óscar. -Claro. He visto tu perfil en una página de contactos buscando sexo lésbico. O tus ocho videos en otra de contenido sexual. El séptimo vídeo es mi favorito. A las dos de la madrugada, tú follando en una silla de mimbre en el balcón de un chalé. Bueno, miento. Tú y otras dos tías. -Vaya, vaya, vaya, ...
... ahora yo digo “mentira, yo soy decente”, y tú contestas “puta bollera”, y yo me levanto y me voy, pero primero comemos, ¿vale? Óscar volvió a reír. -Ahí viene el camarero –le vio llegar Carla-. Por favor, quiero una cerveza Heineken bien fría, un especial de la casa y un plato de patatas bravas con ketchup y alioli. -Perfecto. ¿Y usted? -Yo me conformo con otra cerveza pero que sea Cruzcampo. -Muy bien. –Y el camarero se alejó hacia la barra. -¿No vas a comer nada? –se sorprendió Carla. -Tengo otra clase de hambre. -¿Ah, sí? –posó Carla sexy-. ¿Y qué clase de hambre es esa? -Empieza por Car y acaba por la. -Ay, hombres, todos sois iguales. Soy lesbiana de pura cepa. No meto en mi cama nada que tenga testosterona. -Joder, las mejores siempre son lesbianas. -Estamos ya harta de vosotros, a ver si os enteráis. La lesbiana no nace ni se busca. Es una decisión. En menos de cien años dejará de existir la mujer hetero y ahí empezarán vuestros problemas –gesticuló Carla con la mano una masturbación. Óscar no pudo evitar la risa divertida: -¿Entonces no tengo ninguna posibilidad? -Ninguna. A no ser que te castres y te inyectes hormonas femeninas. Entonces lo pensaré –le guiñó Carla un ojo-. ¿Para esto me has hecho venir? ¿Para intentar follarme? -No, ya lo sabes. Me he enterado que consigues lo imposible y que haces de intermediaria para llevarte alguna comisión. -Sí, me busco la vida. -Te admiro. Sacas dinero de donde sea. -Aquí están las cervezas –cogió Carla la suya y le pegó un buen ...