De Andrés a Andrea: Historia de mi feminización ( y VI)
Fecha: 04/06/2019,
Categorías:
Dominación
Autor: andresa, Fuente: RelatosEróticos
Durante ese mes me dediqué a buscar apartamento para mí. Compré uno en la zona donde Carla tenía su gabinete, e hice la mudanza. Poca cosa, mi ropa, mis objetos personales, ordenador y nada más. Era un ático con ungran salón, soleado, y dos habitaciones grandes, con acceso independiente, cada una de ellas con su baño incorporado (jacuzzi en la principal). Una cocina completamente amueblada y una terraza espectacular. Mi vida estaba dando un cambio espectacular. No sabía cuánto tiempo podría conservar mi empleo, pero la verdad es que no me importaba demasiado. Quería ser una mujertoda costa. Seguí por supuesto con mi entrenamiento y acudí dos veces más a la consulta para ser hormonado. Volví también a ver a Inés y terminar el tratamiento laser,y a las chinas para que me arreglasen las uñas. Por entonces ya eran las mías naturales, y podía pintármelas y despintármelas cuando me apetecía. Hasta ya me gustaba cuando se despedían de mí, ahora las dos a coro “Adiós, putita”. Sentía que mi sueño de convertirme en mujer se acercaba cada vez más, yme imaginaba ya libre, disfrutando de mi nuevo apartamento y compartiéndolo con mis ligues. Ganaría un montón de dinero con Carla, como puta de alto standing, y lo utilizaría para vivir a tope mi nueva vida. Llegó el día de la cita. Llegué al gabinete hecha toda una mujercita. Aunque los pechos ya me habían empezadoa crecer, todavía eran demasiado pequeños y seguía utilizando los postizos, que casi estabanpunto de saltar. Carla estaba ...
... radiante, en su papel de jefa de la casa de putas. Me recibió vestida con unos leggins ceñidísimos que marcaban todo, un corsé precioso y una blusa rosácea divina, con zapatos de tacón. “Estas divina, Andrea. Me encanta esa ropa y esos senos que te empiezan a crecer. Si sigues con el tratamiento creo que no vas a necesitar implantes, que bastará con los tuyos, ¿verdad? Los disfrutarás más y mejor, seguro. Verás, cariño, hoy vas a tener trabajo. Mis amigos han organizado una orgía y participareis varias de mis chicas y ellos. Estoy segura de que te gustarán y disfrutarás como la perra que eres. ¿Qué opinas, puta?” Solo al oírla ya me sentía excitado con la situación. Le expliqué mi conversación con mi mujer, mi traslado y mis ganas de convertirme en mujer. Ella asentía, satisfecha. “Andrea, cariño, lo sabía. Hoy terminará tu entrenamiento. Vas a portarte como la zorra que eres, vas a hacer disfrutar a mis amigos al límite y después hablaremos del futuro, que será maravilloso para ambas ¿te parece?” Yo ya estaba mojando las braguitas. Carla lo notó y me pidió que tratase de controlarme mientras me ofreció unas suyas para cambiarme. Salimos y subimos a mi coche. Volvíamos a la misma casa del bukake y Carla me vendó los ojos mientras me conducía arriba. “Esta será la última vez que lo hagas así. A partir de hoy quiero que veas todo lo que haces, y disfrutes con ello”. Entramos de nuevo en aquel salón. Me colocó en el centro y se dirigió a los que allí estaban: “Esta es Andrea, mi mejor ...