Viajando en el tiempo (4)
Fecha: 03/11/2017,
Categorías:
Grandes Series,
No Consentido
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... cama, impresionada, y el jeque se giró hacia ella, pasó su mano por la nuca y se inclinó sobre sus labios para darle un largo y profundo beso. Su lengua buscó la de ella y ambas se encontraron durante unos interminables segundos. Luego, con extrema delicadeza la pasó acariciando sus labios. Eva temblaba como si fuese una inocente muchachita. Hammad lo notó y le complació sentirla como un corderito ante el lobo. O como una virgen ante un sátiro. Llevó su mano al broche que cerraba el vestido tras su nuca, abriéndolo y dejándolo caer a los pies y quedando totalmente desnuda, al no llevar nada debajo. El jeque la miró complacido. -Eres muy hermosa Eva. -Muchas gracias Hammad. –Se llenó de orgullo ante estas palabras. Se sentía hermosa. Más incluso: se sentía arrebatadora. Algo que antes ni siquiera había soñado. Un auténtico jeque árabe que tenía todas las mujeres que podía desear, le acababa de decir que era hermosa. -Pero te falta algo. –Le dijo, volviéndose de espaldas. El corazón se le subió a la garganta al escucharlo. No le gustaba y todo se había ido al traste. Cuando volviese sería castigada duramente. El jeque se giró antes de que ella abriese la boca, mostrando en sus manos una caja que contenía un collar con un brillante central y varias tiras de brillantes más pequeños. -Esto. Se acercó a ella, puso la caja en sus manos, que temblaban, al igual que toda ella. Él tomó la joya y se la puso al cuello, volviendo a besarla. Tras esto, presionó sobre sus hombros haciéndola ...
... arrodillarse ante él. Él mismo se levantó la túnica, mostrando su enhiesta polla, delgada pero muy larga, y siguió quitándose la prenda al tiempo que decía: -¡Chúpamela! Eva se puso a ello con todo su saber, aprendido en los últimos días. Con las manos a la espalda, lamió toda la extensión llenándola bien de saliva, se entretuvo en rodear el borde del glande con la lengua y darle pequeños golpecitos con ella. El jeque gimió de placer, pidiéndole que siguiera. -MMMMMMM. Sigue así. Sí. Sigue así. Y mastúrbate mientras me la chupas. -Me podré correr, señor. -Sí. Me gusta que mis mujeres disfruten. Y ella continuó ensalivando bien todo el tronco, hasta que él puso las manos sobre su cabeza, momento en que se metió el glande en la boca. Intercambiaba entre chupadas y lamidas, hasta que el jeque le fue dando indicaciones de lo que quería. Al mismo tiempo, su mano en el coño se movía frenética. Se la estuvo mamando hasta dolerle la boca y las mandíbulas y, casi a punto de desfallecer, el jeque anunció que se corría. Ella no se retiró, sino que se metió la polla lo más profundo que pudo y recibió toda la corrida. -Eso es. Trágate todo. –Le decía mientras iba soltando chorros de lefa. Cuando acabó su corrida, Eva no se podía levantar. Cinco orgasmos la habían dejado sin fuerzas. Él la levantó tomándola de las manos y la hizo recostar en el lecho. Repartió almohadas a su lado y bajo su cuerpo, y sobre todo bajo su culo, dejando su pelvis en alto. Luego se arrodilló entre sus piernas y ...