1. Familia sin tabúes (9) De cruising por el parque (I)


    Fecha: 04/06/2019, Categorías: Gays Fantasías Eróticas Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos

    ... un parque, de noche, mientras hacen Cruising. Había fantaseado durante mucho tiempo con esa imagen, y un día que Vanesa estaba de viaje por trabajo, me decidí a hacer realidad mi fantasía. Me metí por los arbustos en la oscuridad de la noche, solo con la pequeña luz que tenía la pantalla del teléfono móvil, primero para no caerme, ni pisar nada raro, y segundo para ver más o menos los tíos que por allí había... o sea el ganado que andaba por ahí. Observé que había de todo un poco, algunos maduros, unos cuantos chaperos dando vueltas, niñatos jóvenes que no estaban mal, y hasta un travesti, que también se estaba sacando un dinero mamando pollas. Me fijé a lo lejos en un tío, de unos veinte tantos años, que estaba sentado en un banco, al lado de un árbol grande. El tío tenía su morbo, llevaba una gorra en la cabeza en plan macarrilla, la camisa abierta enseñando el pecho, y unos pantalones vaqueros muy ajustados, que ensalzaban exageradamente un bulto muy apetecible entre sus piernas. El colega se tocaba la bregueta por encima del vaquero, mientras espiaba desde el banco, todo cachondo, a un niñato que le estaba chupando la polla a otro tío, y que estaba apoyado en el árbol de al lado. Caminé hacía él y me senté en el banco a su lado, me agradaba mucho el colega, y ya viéndolo de cerca, descubrí que estaba muy bueno el cabrón. Empecé a mirarle la cara y el cuerpo descaradamente, sobre todo la parte que más abultaba, su paquetón, y me ponía caliente solo de imaginar, como ...
    ... tendría el cipote debajo de los vaqueros. Cristián, que así se llamaba el tío, se estaba fumando un petardo, y sin decirme nada, solo mirándome a la cara, me lo ofreció pasándomelo con la mano, para que fumara unas cuantas caladas. Yo se lo acepté de inmediato, era un comienzo de acercamiento, y de alguna manera había que romper el hielo... aunque yo lo que quería era romperle culo. Cuando nos terminamos de fumar el porro, el colega se sacó la polla fuera del pantalón, mostrándola en todo su esplendor sin dejar de mirarme a los ojos, como diciéndome sin palabras que ya tardaba mi boca en agacharse, y comenzar a chupársela. Tenía el pollón empalmado, rígido y duro como una barra de acero, se lo cogía desde la base del tronco con los dedos, tensándolo hacía adelante para que yo pudiera ver, y comprobar toda su largura. Su polla era más larga que la mía, como de 22 centímetros, y mucho más gruesa y corpulenta, con la piel clara y totalmente descapullada. Alargué la mano agarrándola y rodeándola para parparla bien, notando su calor, el grosor, la rigidez de su miembro, y apreciando cada una de sus venas al tacto con mi mano. Le di algunos meneos que excitaron mucho al tío, y me incliné hasta pegar mis labios a su sexo, percibiendo un fuerte olor a polla manoseada. Me agarró por los cabellos y me hizo abrir grande, y luego me la clavó entera en la boca. El pollón era inmenso, no me cabía de lo gordo que era, me dolían las comisuras de los labios cada vez que el colega me envestía, y me ...