Olga, una madura sensual y deliciosa
Fecha: 05/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... dejaba hacer, ella sabía a que íbamos. Mi pidió que yo condujera el coche y así lo hice."Vamos a donde Ud. quiera – me dijo –a un sitio donde tengamos tranquilidad y suficiente intimidad". Le dije que no se preocupara y que me dejara todo ello a mi. Conduje a las afueras de la ciudad donde funcionaban muchos moteles. Escogí uno del que me habían hablado era muy cómodo y tranquilo y entramos a él. Una cama amplia, una habitación cubierta por espejos, una muy tenue luz azul, que apenas nos dejaba observarnos uno al otro y una deliciosa música de salsa erótica de fondo, era el escenario donde Olga y yo tendríamos nuestro segundo encuentro sexual, encuentro que ella y yo queríamos disfrutar al máximo. Al sentarnos en la cama y cuando ella se aprestaba a quitarse su saco, la tomé del cuelo y la besé larga y apasionadamente, mientras mis manos recorrían sus piernas, por encima de sus medias de seda, ella, que conocía mis gustos, cruzó sus piernas y yo introduje mi mano entre su falda hasta tocar su panty. Sin duda habríamos de disfrutar mucho de esa noche. Me desnudé y le pedí a Olga que se dejara su falda y fue ahí cuando pude observar lo más hermoso y delicioso que ella tenía, su busto, esos senos grandes y redondos que estaban cubiertos por un brasier rojo de encaje que hacía juego con su falda. No necesitábamos taparnos con nada. Además, queríamos observar todo lo que hacíamos en los espejos que cubrían la habitación del motel. "Olga, no sabe todo lo que la deseo" le dije,"Si, ...
... yo lo deseo mucho más, especialmente después de ese día que no olvidaré nunca". Pero de lo que menos se trataba era de hablar. La noche era propicia para el sexo y mucho más con esa espléndida mujer a la que yo había disfrutado aunque incómodamente encima de su escritorio. "Por favor, béseme los senos, es algo que nadie me lo ha hecho como Ud., quiero confesarle que cuando en la oficina lo hizo, yo me corrí más de una vez, es el placer más delicioso que he sentido en muchísimo tiempo, hágalo por favor" me dijo mientras se acostaba ofreciéndome esos melones para mamarlos y gozarlos. Y yo no quería demorar nada, me acosté sobre ella, puse mis manos sobre sus deliciosas tetas y empecé a ponerles saliva por encima del encaje rojo. Olga se retorcía, yo una vez más me pude dar cuenta que nadie le había besado los senos como yo lo hacía. Aunque ella estaba con falda, mi verga estaba pegada a su cuerpo, y ella no demoró en agarrarla mientras yo seguía chupandole sus melones, habiendo retirado un poco el excitante brasier de encaje rojo. Olga gemía, se retorcía, apretaba mi verga cada vez más y todo ello era provocado por el placer que sentía cuando yo besaba sus tetas hermosas."Papi, que rico, que delicia, ahhhhh, ponga más saliva en mis pezones, beselos, masajee mis senos, es una delicia inmensa, ahhhhhh …… nunca he sentido este placer, papi, delicioso, que rico, que rico" me decía mientras yo seguía en la tarea que ella misma me había pedido. Yo complacido le daba gusto. Me acordé ...