Papito (I) by Francesca Duval
Fecha: 13/06/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Papito Esta es la historia de mi vida, hoy que estoy al doblar el camino de mi existencia, y con la tranquilidad de los años felices, que pasé de la vida que escogí por propia decisión, me atrevo á contarla. Esperando que algunas personas que pasaron por lo mismo que yo viví, me puedan comprender, y los que no, por lo menos piensen, que en 50 años de vida supe vivir intensamente un amor prohibido para muchos, pero grandioso, hermoso y pleno, que hasta hoy me sigue dando todo, todo lo que necesito. Primera parte Mis hermanitos eran menores que yo, tenían 12, 13 y 15 años, todos varones, en el momento en el que empiezo mi relato, por lo que eran más pegados a mi madre, que por ese entonces solo tenía 34 años. Yo siendo mujercita con 18 años cumplidos, era más pegada a mi padre que tenía 37 años recién cumplidos. Lo acompañaba al fútbol, y me encantaba acostarme a su lado, en su cama cuando dormía la siesta, para mirar televisión, ó por las noches antes de irme a dormir. Cuando estabamos solos, él me tocaba mis pechitos y las nalguitas y cuando jugábamos a la lucha, siempre acababa con mi papito entre mis piernas y yo podía sentir en mi chuchita, la dureza de su pene, aunque por esa época no lo interpretaba de esa forma. Para mí siempre fue natural que mi papito me acaricie por todas partes, mis partes intimas, mi barriguita, mis nalguitas y más cuando me bañaba. A mi me encantaban sus caricias, y siempre lo estaba buscando cuando se encontraba en la casa, para estar con él y ...
... que me acaricié. Mi madre siempre fue una mujer fría y callada, aunque nos quería mucho, no era afecta a demostraciones de ternura con ninguno de nosotros. Cuando tenía 12 años, me di cuenta que las caricias de papito solo eran para mi, y que nadie más tenía que enterarse, porque me las hacía cuando estabamos solos, y me soltaba si alguna persona se acercaba . Aparte de saber que eran caricias prohibidas, descubrí que me gustaban mucho y si mi papito por algún motivo dejaba de acariciarme yo me creía morir. Aunque el me bañó y me ayudó á cambiarme hasta casi mis 10 años, dejó de hacerlo, cuando mi madre dijo que ya estaba grande para que mi padre me siga bañando. Desde que tengo memoria, mi padre fue cariñoso conmigo y al bañarme ó al cambiarme la ropa, siempre me acarició y yo me acostumbré a sus caricias, á los regalos que me traía a escondidas, de mis hermanos y mi madre, a sus palabras cariñosas, a sus exquisitas caricias, tanto así, que cuando se enojaba conmigo por alguna travesura, no me acariciaba ni me decía palabras cariñosas, al rato ya estaba yo, pidiéndole perdón y extrañando sus caricias. Lo amaba, lo quería desde siempre. Me encantaba mostrarme desnuda en su delante, y él siempre trataba de estar presente cuando salía de la ducha ó cuando me tenía que cambiar para irme a dormir. Desde siempre tuve la costumbre de irme a media noche a su cama, y acostarme al medio ó al lado de mi padre, y me volvía a dormir mientras sentía la caricia de mi padre en mi barriguita, ...