Aprendiz de sumisa (2)
Fecha: 13/06/2019,
Categorías:
Dominación
Fantasías Eróticas
Autor: GatitaY, Fuente: CuentoRelatos
... saborearlo. Ella me cogió de un pezón y tiró, con su mano libre, pues la otra seguía con su dedo en mi culito y me acercó a ella, para después besarme. Cuando lo hizo, comprobé que no se lo había tragado, aun lo mantenía en su boca. Y con aquel beso, lo fue compartiendo conmigo, pasándomelo con su lengua, con la que yo jugaba con la mía. Supongo, que para ella, como para mí, hacer aquello, la puso a mil. Y junto con mis dedos jugando en su rajita, conseguí que se corriera, mientras nos besábamos. Yo también estuve a punto, pero cuando Itzel terminó de correrse, dejó de jugar con mi culo y se separó de mí. Ella miró a Oscar y abrió su boca, enseñándole lo poco que le quedaba de lo que él la había regalado. Yo la imité, mostrándole lo que mi Ama había compartido conmigo. -Tragar cerdas. Beberos mi leche.- dijo él. Ambas, sumisamente, hicimos lo que nuestro macho nos pidió, mirándole a los ojos, cerramos nuestras boquitas y tragamos lo que teníamos en ellas. Había sido el momento más morboso de mi vida. Por encima de lo que acababa de hacer con Dani. Me acordé de ella, pensé si habría obedecido a mi Ama y estaría esperando que los pepinos, salieran por si solos. Y si seguiría allí, desnuda y a cuatro patas, a la vista de cualquiera que pasara por el pasillo. Eso, junto a que yo no había tenido mi orgasmo. A diferencia de Oscar y Itzel. Hacía que estuviera como una gata en celo. Deseando que alguno de los dos, me diera permiso para correrme. Itzel se puso a cuatro patas y fue ...
... gateando hasta Oscar, que seguía sentado sobre el lavabo. Mis ojos fueron disparados a su precioso culo desnudo, que me dejaba ver la rajita de su coñito brillante, por sus flujos. Ella llegó hasta él y poniéndose de rodillas de nuevo, se abrazó a la pierna de mi antiguo admirador. -¿Qué te parece mi putita?- le preguntó Itzel a Oscar, mirándome arrodillada. -Una verdadera guarra. Le has metido el dedo en el culo ¿verdad?- le preguntó Oscar. -Si mi amor. La encanta. Y eso que se acababa de sacar un pepino enorme de él. Seguro que la duele mucho. Si quieres, puedes terminar de rompérselo tú.- le dijo Itzel. Tenía razón. Mi culo me dolía mucho. Había empezado a calmarse, pero con su dedo jugando en él, había vuelto el dolor. Y encima la muy zorra le estaba dando la oportunidad a Oscar, para saciar sus ganas de venganza contra mí, follándomelo. Una parte de mí, temía que él aceptase la oferta. Pero mi lado sumiso y de puta, deseaba que ese chico, al que tangas veces le había despreciado, me hiciera pagar con ello. Y que mejor forma, que hacerme gritar, mientras me rompía el culo. Espere como buena sumisa, de rodillas, para saber qué decisión tomaría. -Eso estaría bien.- dijo él. -Pero necesito un rato para recuperarme. Podemos aprovechar para reírnos un poco de Yadira ¿no?- continúo diciendo. -Claro mi amor. Para eso está aquí. Para hacerte disfrutar, como tú quieras.- le contestó Itzel, dándole un beso en su polla flácida. -Tú déjame a mí. Yo la humillaré para ti.- le dijo ella, ...