1. Hace unos años con mi hermana Ana (Final)


    Fecha: 14/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Ifardavin, Fuente: CuentoRelatos

    ... me clavaba las uñas y me mordía el cuello, mientras no dejaba de mover las caderas prolongando el orgasmo todo lo posible... -¡¡¡QUE COÑO ESTÁIS HACIENDO!!! No fue un grito, fue un alarido. ¡Horror! Mis padres acababan de entrar en casa con nuestros hermanos pequeños. Mi padre tenía la cara congestionada con un gesto de pura rabia y mi madre... Mi madre nos miraba con los ojos como platos, tapándose la boca con las manos, incapaz de hacer o decir nada. Los pequeños, de 13 y 14 años nos miraban alelados y nosotros nos habíamos quedado paralizados, todavía con la polla tiesa dentro de mi hermana. En dos zancadas mi padre se plantó delante de nosotros y, levantándome en vilo, me dio las dos mayores bofetadas que me hayan dado en mi vida, tirándome al suelo y rematándome a base de patadas. Yo intentaba escabullirme alrededor de la mesita de café que había delante del sofá, en cuanto lo conseguí mi padre se lio a tortazos con Ana. Estaba totalmente fuera de sí, tuvo que ser mi madre el que le apartara... -¡Cálmate Pepe, que la vas a matar! -¿Que la voy a matar? ¡Claro que la voy a matar! ¡¿Pero tú has visto a tus hijos?! ¡Es contra natura! ¡Es un atentado a la moral! ¡¿Alguna vez has visto algo así?! Mi madre ni intentaba responder, solo abrazaba a mi padre para evitar que siguiera con las tortas o para evitar que le diera un infarto. Nos mandó a vestir y que fuéramos a hablar con él al despacho. Al llegar allí, él estaba un poco menos rojo, pero igual de cabreado y mamá estaba ...
    ... llorando sentada a su lado. Ana también lloraba como una magdalena y tenía la cara como un tomate de las tortas, la vergüenza... y por lo que podía venir ahora. En cuanto entramos me volvió a partir la cara y, si no llega a intervenir mi madre otra vez, no sé qué hubiera pasado... Se sirvió un whisky que se tomó de un trago, repitiendo un par de veces. Yo nunca había visto a mi padre beber alcohol, a no ser alguna cerveza, muy esporádicamente, o algún vaso de vino en comidas especiales. No sabía cómo podía sentarle ahora. Parece que se calmó un poco... -Chema, no sé si decir que eres hijo mío o eres un engendro de la naturaleza. ¿Te das cuenta de lo que has hecho? ¿Pero, tú estás bien de la cabeza? -Iba subiendo el tono de voz cada vez más- Un chaval serio, estudiante de medicina... metido en una parroquia... con todas las comodidades en casa... ¿Se puede saber qué coño hemos hecho mal? ¡Con tu propia hermana! ¡Y tú! -dijo dirigiéndose a Ana, que no dejaba de llorar; estaba aterrada- ¡Eres una puta! ¡Una golfa! ¡Una ramera! ¡¿Pero, has visto cómo estabas?! ¡Abierta de piernas como una cualquiera! ¡En mi propia casa! ¡Y con tu hermano! Aquello empezaba a resultar repetitivo... -Para empezar, no os quiero a ninguno de los dos en esta casa. Para mí, se acabó, cómo si no fuerais mis hijos. Ahora mismo cogéis vuestras cosas y largo. No os quiero volver a ver. -¿Y dónde vamos a ir? -Se me ocurrió preguntar- No tenemos dinero ni nada, no vamos a dormir en la calle... -Haberlo pensado ...
«1...345...14»