El macho de la casa (4)
Fecha: 15/06/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: wendy1988, Fuente: SexoSinTabues
... tela del pantalón. Ella hasta se recargó en la puerta, casi sentada de frente a mí, para ver mejor mi vergona oculta. Así seguí manejando y en otro semáforo, volteé a verla y le agarré la cara acariciándole una mejilla. –Tienes sueño, chaparrita?, le pregunté. –No, tío, porqué?. –Te ves cansadita, ven, le dije. Vino y se metió debajo de mi brazo, con su carita en mi pecho, cariñosa. Ya por las cervezas todo me valía madre, así que con la otra mano le agarré la suya y la puse sobre la protuberancia de mi pantalón, sin decirle nada, solo besándole la cabeza, haciéndola que mirara hacia abajo, a verme la verga mientras me la acariciaba. Así seguí mi camino, y como el carro lo había comprado automático para que mi esposa lo manejara, iba de lo más a gusto, con una preciosa nenita de 12 años, recostada en mi pecho, apretándome y sobándome la verga y tomando cerveza. Mientras las otras dos iban atrás mirando por las ventanillas el camino, sin imaginarse lo que veníamos haciendo adelante. Cuando llegamos al casino, ya estaba muy lleno el estacionamiento, así que bajé a Noraima y Andreina en la puerta y con Sabrina me fui a estacionar, diciéndoles que fueran rápido con sus madres y les dijeran que ya habíamos llegado, que seguramente ya estarían preocupadas. Que Sabrina y yo íbamos a buscar un lugar... un lugar donde pudiera ahogarla de verga, pensé, ya me dolían los huevos de tanta caricia de esas delgadas y ligeras manitas. A Sabrina la tuve que enderezar, retirar de mi pecho, ...
... porque no me dejaba de sobar la verga y en la puerta había algo de gente, sólo se me separó un poco pero me siguió acariciando el fierro. Cuando avancé por el interior del estacionamiento, ella sola se recargó en mi pecho y siguió sus frotamientos en mi pantalón saliéndosele un suspiro. –Qué, mi´ja, qué tienes? Te gusta?, le pregunté. –Hay sí, tío, la tienes muy grande, está muy dura. –La quieres ver? –Sí, pero no nos ve nadie? –No creo, le dije desabrochándome los pantalones y sacándomela toda, bien parada, caliente y con la cabezota brillante de tanto juguito que me salió por el camino, ella la rodeo con su manita fría y delicada y me la fue apretando torpemente, le hacía falta capacitación, ese no era problema. Divisé un lugar en medio de dos pick-ups y me paré allí. Mal apagué el carro y me bajé la ropa hasta medio muslo. La verga salió infame, potente. –Qué te parece, Sabrinita?, pregunté orgulloso. –Hay tío, la tienes bien grandota y bien gorda, me dijo mirándola fijamente. –Ya habías visto otras? –Sí, un viejo nos la enseñó allá por la escuela, a una amiga y a mí, hace como un mes, pero no la tenía así. –Así cómo?, le pregunté sin dejar de masturbarme. –Así, tan grande, tan larga y tan gruesa. Es porque cuando vemos una mujesita como uts tan linda se no levanta muchuuu.. Sabrina es muy delgada, muy espigada y delicada, de cabello castaño claro, casi rojizo, de piel muy blanca, pálida. Se podría decir que es pelirroja por el color de su pelo y de su piel, ya ven que las ...