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Mis frecuentes visitas con el doctor
Fecha: 15/06/2019, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Un joven que va al doctor, se cura de otras cosas necesarias. La gripe ha atormentado de nueva cuenta mi cuerpo. Decido ir a un hospital similar cerca de mi casa. Entro y el doctor comienza a revisar minuciosamente mi pecho, mi temperatura y demás mientras noto entre nosotros una especie de coquetería. Determina que tengo una gripa simple que puede terminarse con unas simples inyecciones. Las compro ahí mismo en la farmacia y vuelvo con el doctor. –Acuéstate ahí mismo en el sillón- me dice con un tono dominante, que aunque no tenga nada sexual hace que mi pequeña verga se pare. Me acuesto mientras el doctor comienza a prepararme la inyección. –Bájate el pantalón- me vuelve a mandar. Yo le respondo con un tono sensual –Preferiría que usted me los bajara y me metiera la inyección. El doctor ríe en señal de mi atrevimiento. Me baja los pantalones y nota las grandes nalgas que tengo, creo que le han gustado. Comienza a poner el alcohol y sobarme las nalgas de forma suave. Termina y me inyecta. Comienzo a quejarme con el dolor y el doctor pone sus manos en mi cabello diciéndome: -Tranquilo, todo pasara. Yo con toda esta excitación e imaginación brotando por todo mí ser decido tomar su mano y metérmelo en mi boca. –Ya ha pasado bebe- El doctor dice esto de forma rápida y nerviosa. Con el corazón latiéndome a tope le comento: -Aay doctor, pero me dolió mucho, no me sobaría para que se me pudiera quitar un poquito más. Comienza a sobarme con toda su gran mano por todas mis nalgas. ...
... –Así me gusta doctor. –Puedes decirme Roberto. –Así doctor Roberto, sóbame, me gusta. El doctor con el gran paquete que se le notaba en su pantalón comienza a introducir su dedo en mi ano. –Que rico doctor, póngale cremita para que se resbale más. Toma una crema cerca de su mesa y la pone en su dedo para incrustarlo dentro de mi ano. –Muévete nenita, como si fuera una verga. Yo sin nada que decir, solo el eco de su voz mueve mi cuerpo. La puerta comienza a tocar. Mi doctor Roberto sale y es una señora desesperada que lleva media hora esperando. El doctor cierra la puerta y viene hacia mí. –Creo que es hora de irme- le comento mientras me voy bajando del sillón. –Mañana te espero aquí a esta hora eh- otra vez su tono autoritario me llena y hace que mi ano desee su verga profundamente. Lo tomo de la cabeza y nos besamos al fin. Finalmente puedo sentir sus labios y su lengua en mi boca. Es hermoso. –Quiero que mañana te traigas ropa interior de mujer, te veras muy rica- me dice mientras me nalguea como a una puta. Saliendo estuve pensando cómo conseguir algo de ropa interior para llevarlo con mi hombre. Decidí ir al tianguis de por mi casa a comprar una tanguita negra para llevarla el día de mañana. Llego el día tan esperado y llevaba en mi pequeña bolsa mis inyecciones. Cuando el doctor me vio entrar una gran sonrisa se apodero de él. –Vienes con todo lo que te dije- me pregunta. Yo con un poco de nerviosismo le mostré las jeringas. –Sabes, que es otra cosa. En mi pantalón de ...