El Guardia de Seguridad del Hospital, Sexo en los Baños - Relatos Eróticos

El Guardia de Seguridad del Hospital, Sexo en los Baños

... caminar por el pasillo y ver menear ese culo, sabía que ibas a ser mío, no quiero sonar grosero a lo mejor no soy de tu gusto, pero ya cantado las cosas, que tal si aprovechamos este frío para calentarnos. Y: Bueno es verdad que me gustaste y que tu cuerpo y esa barba me enloqueció, pero aquí dónde o cómo? E: En los baños de ésta área están cerrados yo tengo acceso, te animas? Mi señal de aprobación fue sobarle el bulto que ya estaba totalmente erecto, y me agache a hacerle tipo sexo oral sobre el pantalón, nos levantamos y fuimos a los baños, entrando me apretó las nalgas, y alzó mi playera y mordió mis pezones, los mordía muy fuerte, se notaba su tosquedad, pero me dijo que él no besaba en la boca. Se me hizo tan excitante, cuando abrió su bragueta y sacó su pene, un pene si no muy largo si estaba algo grueso, no es que tenga experiencia, pero le calcule unos 16 a 17cm un pene moreno y sus testículos eran chicos, de esos penes en que los testículos no cuelgan, no se, se ven raros pero de igual manera son ricos. Me tomó por los hombros he hizo que me agachara, empecé dando sexo oral pasaba mi lengua desde la base de sus testículos hasta llegar a su glande y meterme su pene en su totalidad hasta sentir su vello púbico en mi naríz, tenía un olor rico, y no sé pero me excitaba verlo vestido y solo con el pene de fuera, solo se alzó la camisa un poco y su cuerpo en verdad era increíble, sus manos todas callosas me las pasaba por la espalda, agarra mi cabeza y me hacía ...

... atragantar, me ahogaba, hacía que salieran lágrimas y que llenara de mucha saliva su pene. E: mamas muy rico y me gusta que aguantas cuando la tragas toda, siempre me ha gustado que la saboreen así y que se ahoguen sabiendo que lo disfrutas. Sonará muy trillado, pero me dijo la frase que todo mayate dice, “Los putos maman mejor que las mujeres” Algo que me gusta mucho es que el hombre lleve el ritmo, y escuchar su respiración, que se vuelvan locos y que bufen, nada me da más satisfacción que un “hetero” disfrute con lo que otro hombre le puede brindar. Me levanta y bajo mi pantalón, y empezó a morderme las nalgas y darme ligeros golpecitos con su pene, metía uno o dos dedos ensalivados para irme dilatando, me preocupaba que esa vez no iba preparado y tenía miedo que fuere a pasar un accidente (me refiero a la higiene), y a además que no había condón. Y más sabiendo en los lugares que estuvo metido de joven, para fortuna mía y no quedarme con las ganas, el tenia uno que saco cuando daba sus rondines, sabiendo que esa noche me cogería, según sus mismas palabras. Coloco mi pecho en el lavabo y me empiné dejando expuesto mi culo, el pasaba su pene sobre mi ano, me daba golpecitos y eso me gustaba mucho, me decía cosas como: E: anda, pídemelo, dime que ya la quieres dentro, dime que te gusta que un hombre como yo te coja. Yo no soy una persona que suele hablar en el sexo, y esta no fue la excepción, con una mano tome su pene y con la otra abrí mis nalgas, y me ensarte de un golpe ...