Nuestra noche (primera parte)
Fecha: 24/06/2019,
Categorías:
Fetichismo
Voyerismo
Autor: Happyfeet, Fuente: CuentoRelatos
Pensar en aquellas noches con Mari me hizo recordar otra noche fenomenal, la historia de Dani quedará para otro día. Además de mi fetiche con pies y tacones, debo admitir que me excita mucho que las mujeres se exhiban, que se vistan sexy, que les guste calentar a otros. Todo eso hace que me guste que las mujeres con las que salgo traten de vestirse muy rico, que al caminar dejen a todos tiesos. El uso de vestidos cortos o escotados es fenomenal. O el uso de shorts combinados con bodys bien ceñidos me encanta. Todo eso adornado por supuesto de tacones o sandalias. Incluso tengo marcas de ropa predilectas que saben de mis gustos y me envían sus catálogos de ropa sexy para que pueda regalar. Eso me encanta, ver la ropa e imaginarme como la lucirían. Es muy sexy. Dicho esto debo hablar de Sandra. Ella era una amiga con la que trabajé brevemente. Es una mujer hermosa. De labios finos, ojos claros, pelo muy bien cuidado y una belleza natural. Usa poco maquillaje y eso es algo que me gusta. Es delgada, con un buen cuerpo, no es alta pero si tiene unas piernas de maravilla que se complementan con culo respingado y de buen tamaño. Cada vez que camina es imposible no notar lo rico que lo mueve. Sus senos son pequeños pero lo suple con unos pezones muy sensibles que cada vez que hacía frío se notaban. Lo mejor, le encanta usar sandalias y vestidos, largos, pero que dejaban ver siempre sus piernas y sus hermosos pies. Ella, que en ese momento tenía 25 años, salía con un hombre mayor, ...
... de unos 45-50 años. Ella lo amaba y eso había hecho que le perdonara muchas infidelidades. Aunque ella no se podía quejar, ella también cometió varias indiscreciones. Incluida una con un amigo moreno mío que pude ver y que me ayudó eventualmente a acercarme a ella y poder disfrutarla también. Pero esa es otra historia. Llevábamos ya 1 mes jugando, mes donde pude experimentar la flexibilidad de sus pies y la gran habilidad oral que tenía. Y si bien era muy caliente, su estilo la hacía un poco tímida para exhibirse. Yo le había insistido pero se había negado por lo que desistí. Sin embargo, un día ella me descubrió revisando algunos de los catálogos de ropa en mi celular. Se impresionó al ver la ropa, no era nada exagerado, todo de muy buen gusto pero revelador. Sujetadores tipo arnés, cadenas, culottes, enterizos, encajes, chalecos, etc. Ella decía que le parecía muy linda la ropa, y la dijo que le ordenara algo a ella para usar en la intimidad. Yo le dije que estaba de acuerdo, pero que esa ropa estaba hecha para ser usada en la calle también. De hecho le dije que ya me la imaginaba a ella usando unos tacones negros, de esos altos que tienen varias tirillas sobre el pie. Un short azul de corte alto, es decir que llegan casi al ombligo pero que se ciñen mucho a las caderas. Un arnés que rodeara sus senos que quedarían descubiertos y un chaleco morado felpudo que usaría para tapar sus senos pero que sería tan pequeño que dejaría descubierto su abdomen y que no se podría cerrar. ...