Cuidando a mi padre...
Fecha: 28/06/2019,
Categorías:
Gays
Masturbación
Sexo con Maduras
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... hijo, sí que tenías prisa.Yo solo podía respirar aceleradamente, sin contestar. Lo besé con toda la pasión de que fui capaz, mientras lo abrazaba como si se fuera a escapar.Él se bajó, besándome todo el cuerpo, hasta llegar de nuevo a mi sexo. Me abrió las piernas y comenzó a bajar con su lengua por mis cojones hasta llegar a mi esfínter. Allí se recreó largo rato, ensalivándolo todo bien. Yo para entoncer estaba otra vez con la polla totalmente dura. El trabajo que me estaba haciendo mi padre me estaba poniendo de nuevo a mil. Fue introduciendo su lengua dentro de mí poco a poco y me volvía loco de placer. Yo ni siquiera quise tocarme porque entonces me correría de nuevo enseguida.Entonces mi padre me cogió de las piernas y las puso sobre sus hombros, acercándose a besarme de nuevo. Yo sabía lo que iba a suceder y, aunque estaba aterrorizado por el tamaño de la polla de mi padre, pensé que era la mejor forma de ser desvirgado. Mi propio padre sería el encargado de follar mi culo virgen hasta ese momento. Me dijo:- ¿Sigo? Yo solo dije un tímido “Sí”, mientras veía la polla de mi padre acercarse a mi esfínter. Su glande se posó en mi entrada y jugueteó un poco allí.- Relájate, hijo, -me ordenó- Te prometo que no te va a doler.Empujó un poco y volvió para atrás. Empujó de nuevo y se volvió de nuevo para atrás. Así estuvo unos cinco minutos, hasta que poco a poco, haciendo cada vez más presión, su glande entró dentro de mí. Paró y estuvo así unos minutos. Mientras, me ...
... acariciaba el pecho. Comenzó de nuevo a hacer fuerza y su polla comenzó a entrar en mí. Sentía que me ardía el culo, mientras poco a poco, el mástil de mi padre se hacía paso entre mis entrañas. Me dolía bastante, pero me aguanté porque lo deseaba demasiado para quejarme. Pero él se dio cuenta y paró. Ya tenía dentro la mitad de su polla y sentía un calor enorme penetrándome, como si me estuvieran ensartando con fuego. A los pocos minutos fue entrando más en mí, hasta que sentí en mis nalgas el pelo de su pubis y sus cojones chocando más abajo.De nuevo paró por espacio de varios minutos, mientras mi esfínter se acostumbraba al tamaño de semejante aparato. Pasado este tiempo, la fue sacando casi hasta el final y volvió a meterla, despacio, hasta el fondo. Esas metidas y sacadas se fueron sucediendo, siempre con extremo cuidado y ya mi culo se estaba acostumbrando, porque el dolor había dado paso a un placer indescriptible. Yo le sujetaba por los brazos porque eso me daba la seguridad de sentirme protegido.Yo seguía sin tocarme, aunque tenía la polla dura rozándome la tripa. Mi padre fue acelerando poco a poco el ritmo de sus embestidas. Cada vez que llegaba al final, sentía sus cojones rozándome las nalgas.La verdad es que yo estaba sorprendido de que mi padre pudiera aguantar tanto, porque llevaba diez minutos metiendo su polla dentro de mí y no parecía que tuviera prisa por acabar. Y yo tampoco. Estaba disfrutando tanto que no quería que la sacase todavía. Cada vez que arremetía ...