Sentar a alguien en tu mesa por Navidad
Fecha: 29/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
SENTAR A ALGUIEN EN TU MESA POR NAVIDAD En estas fechas tan felices para algunos y tan malas para otros, suelen buscarse los buenos sentimientos de la gente para ayudar a los más desfavorecidos. Uno de los lemas con los que nos bombardean de continuo, es invitar a alguien que no tiene techo a sentarse contigo a tu mesa y compartir todo lo que tienes con él en estos días señalados. Esta que voy a contar, es la historia de la buena acción llevada a cabo en mi casa en las últimas fechas. Mi mujer, cuando salíamos a la calle a realizar alguna compra, siempre me comentaba lo mal que lo estaría pasando un mendigo que nos encontrabamos siempre cerca de nuestra casa, que se dedicaba a pedir a todo el mundo que pasaba por allí. La apariencia del mismo, aunque muy sucio y descuidado, era la de una persona joven, unos 25 años, de gran envergadura, de raza negra y que no parecía tener ningún tipo de enfermedad Este pasado día 24 de Diciembre, día de Nochebuena, mi mujer cuando llegue a casa, volvió a comentarme que había visto al mendigo en el sitio de siempre, no crees que le podríamos traer a casa a que cenara con nosotros, estaba ya cansado de la misma monserga siempre, está bien dije, ahora me acerco a buscarle y le invito a cenar con nosotros, pero si dice una sola vez que no, se termina el tema. Después de lo que sucedió en mi casa, menos mal que cuando le invite no se negó, ni mi mujer, ni yo, nos lo habríamos perdonado nunca. Cuando Josuha, que así nos dijo que se llamaba, llego ...
... a mi casa, mi mujer le recibió con gran amabilidad, cortesía y tratando de que se sintiera todo lo mejor posible desde un principio. Creo que Josuha, necesitaría algo de ropa limpia para ponerse, mientras yo le lavo la que trae puesta cariño, dijo mi mujer, y también se puede ir dando un baño mientras preparamos la mesa, la verdad es que el olor que despedía el tal Josuha echaba para atrás, está bien le indicare donde está el baño y ya le daré algo de ropa, lo único que encontré a primera vista y que no utilizaba habitualmente fue un albornoz, se lo deje en el baño junto con unas zapatillas y me fui con mi mujer al comedor. El baño le tuvo que sentar muy bien, porque estuvo cerca de media hora metido en la ducha, oímos como abría la puerta del baño y venía al comedor donde nosotros nos encontrábamos, el cambio que había pegado con el baño fue total, apareció un joven apuesto, con una cara que no era la típica de los hombres de su raza, ya que las facciones eran mucho más lineales y tenía unos ojos de color caramelo que resultaban muy atractivos. Mi mujer, pese a que la cena era en nuestra casa, se había puesto muy coqueta, tenia un vestido de fiesta de color negro , con un escote más que generoso, que dejaba ver las curvas de sus pechos juntándose en un canal muy insinuante, que descendía hasta donde la imaginación te llevara, no se había puesto sujetador, con lo que el marcado de sus tetas era mucho más acentuado. Pero si el escote en su parte delantera, era digno de ver, en ...