La joven de los labios rojos. - Relatos Eróticos

La joven de los labios rojos.

... suficiente para poder abordarla, preguntarle, o lo que fuese.Pero….No apareció.¿Era a aquello a lo que se refería?Es cierto que el día que mejor coincidíamos eran los lunes, y que curiosamente casi ningún martes nos cruzábamos. Luego, podíamos coincidir tres días seguidos, o estar una semana sin vernos. Se refería a aquello con lo de que nos veríamos el jueves?Que idiota, seguramente se refería a aquello, a que no nos veríamos hasta el jueves, alguna clase de broma. Seguramente cansada de que solo la mirara ella decidió tomar la iniciativa.Aquella noche no pude dejar de soñar en ella, pensando que quizás debería probar a lanzarme, a pesar, aunque poca, diferencia de edad.Una vez más, el miércoles, pensaba encontrarla como siempre, aproximadamente en la esquina de mi calle. Pero a diferencia de otros días, esperaba en un banco sentada, algo más lejos. Se levanto en cuanto llego otra chica. Se saludaron y tomaron el camino de la universidad.Mientras se acercaban hablaban entre ellas riendo. Me miraban y hablaban a escondidas. Apenas alcance a oír algunas palabras cuando pasaron a mi lado y me saludaron.- ¿Todo todo?- dijo la otra.Afirmó moviendo la cabeza sonriendo, y la otra hizo un gesto con la mano en la boca, fácilmente reconocible.-…tragado?Y una nueva afirmación y risas entre las dos mientras giraban y me miraban.No entendía nada pero sabia que cada vez estaba más cachondo con esa chica de labios rojos y pechos grandes.Por fin llego el jueves, me levanté pensando en ...

... que pasaría ese día. Como cada mañana me preparaba para ir a trabajar, pero a la vez pensaba en mi encuentro. Me arreglé algo más que otros días. Termine un poco tarde y empece a ponerme nervioso. Iba a llegar tarde y no me la encontraría.De pronto se me iluminó la mente. Había algo en lo que no había caído, y ahora mientras escuchaba como llamaban a la puerta con unos golpecitos suaves, caía.Abrí nervioso la puerta. Quién llamaba a esa hora, y porque no usaba el timbre.Allí estaba ella, plantada frente a mi puerta, con sus labios rojos, y mejor vestida que otras veces, con el pecho aun más realzado.- ¿Donde vas tan guapo?- me preguntó sin darme tiempo a recuperarme.Se lanzó a mi cuello y me besó con ansia. Fui incapaz de reaccionar. Y cuando me soltó, solo fuí capaz de decir tímidamente.- Tengo que ir al trabajo.- No seas idiota!!- hoy es fiesta, dijo riéndose.Me tomó de la mano, y me llevó a mi habitación como si hubiera estado ciento de veces en ella.Me tiró sobre la cama y directamente me comenzó a desabrochar los pantalones.- Aunque tenemos todo el día, vengo muy cachonda.- Dijo cogiéndome la polla, mientras subía por debajo de mi camisa besándome.Continuo desabrochándome y subió hasta besarme los labios. Montó sobre mi, y se quitó el suerte con el sujetador incluido. Me mostró así sus enormes pechos. No parecían reales. Lance mis manos a ellos, y comencé a jugar con sus grandes pezones, mordiéndolos y succionandolos.. Me tenia completamente loco.Se bajó y con un par de ...