Conociendo al señor Manuel I
Fecha: 04/07/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dbeni72, Fuente: xHamster
Estuvimos durmiendo un buen rato, hasta que el señor Manuel se levantó para ir al baño, momento que yo también aproveché para acudir al aseo.El señor Manuel entró a la cocina, para beber agua y sofocar un poco el calor de la noche, y yo me acerqué desnuda con idea de hacer lo mismo. Allí estaba él, con su pantaloncito de pijama de espaldas a la puerta. Me acerqué sin ningún pudor, y cogí la botella de agua fría para servirme un poco en otro vaso. Estaba completamente desnuda, junto a él. Le noté nervioso, intentando mirarme a los ojos.- María. Esto que hemos hecho no está bien.- Yo creo que ha estado muy bien. ¿Es que no le ha gustado?- Me ha encantado. Nunca había hecho algo así, pero qué va a decir tu marido si se entera de esto.- Ya le he dicho que muchas veces hemos fantaseado con algo así, y no hubiese consentido que yo hubiera hecho algo con otro hombre, pero con usted él no piensa lo mismo. Ya sé que es difícil de entender, pero hágame caso, y confíe en mí.- No sé, María, pero no me siento bien.- Usted no piense, y, de verdad, que solo puedo darle las gracias por estar en nuestra casa, y tanto José, como yo, somos muy felices por tenerle cerca.- Sois muy buenos conmigo, pero entiéndeme, María, no acabo de comprender lo que dices.- Manuel, usted no piense, esté tranquilo, y ahora debemos seguir descansando, pero cada uno en nuestra cama.Me acerqué a él, y le di dos besos a la vez que me abrazaba a su torso desnudo, pudiendo sentir como mi cercanía volvía a aumentar ...
... ese bulto en su pantalón. Y acto seguido me fui andando delante de él hacia mi dormitorio.Me metí en la cama, y con la semioscuridad de la noche y la poca luz de la calle que entraba por la ventana, intenté dormir. El señor Manuel en muy poco tiempo estaba roncando, pero yo no dejaba de darle vueltas a lo sucedido, y no conseguía caer dormida. Aproveché para en silencio masturbarme de nuevo, pero sin poder conciliar tras este silencioso orgasmo.Ya estaba casi dormida del todo, cuando llegó José del trabajo. Sentí como entraba en la cocina, y me acerqué a recibirle. Entré a la cocina, y allí estaba sentado, con los pies ya fuera de los zapatos, y bebiendo un trago de agua. Al verme entrar desnuda, sus ojos se abrieron a más no poder con una gran sonrisa en su cara, y sentándome sobre sus rodillas, le di un beso pasional descargando mis nervios al juntar nuestras lenguas.- ¡Uy! Aquí ha pasado algo... - dijo José.- Calla, y te cuento en la cama.Nos fuimos al dormitorio, y yo estaba hecha un manojo de nervios. Sentados en la cama, en la penumbra del cuarto, le fui contando paso a paso todo lo sucedido, y, al acabar, hubo unos segundos de silencio, que a mí se me hicieron eternos. José se levantó, sin decir nada, se quitó la camisa, la apoyó en una butaca que tenemos, y continuaba sin decir palabra. Yo estaba viniéndome abajo, sintiéndome sucia y una mala esposa, y con los ojos a punto de soltar lágrimas. Se quitó el pantalón y el bóxer dándome la espalda, mientras continuaba sin ...