Provocando a papá...
Fecha: 08/07/2019,
Categorías:
Gays
Masturbación
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... aunque fueras mayor, no es noble aprovecharse de un hombre cuando está dormido” “De acuerdo, te prometo no volver a chupártelo, padre” “No me pareces muy convencido, no deberías prometer algo que no estés dispuesto a cumplir”De forma medio burlesca le respondí:“Bueno, padre, pues retiro la promesa”A mi padre le hizo gracia la salida, se rió y me espetó:“Eres un puto cabroncete, hijo”Y me dio un beso en la mejilla que me pareció el beso más cálido, tierno y amoroso que me habían dado nunca. Le ayudé a vestirse, fue a saludar a mi madre y se marchó. En repetidas ocasiones he sentido esa maravillosa atracción por su inmenso miembro. Recuerdo por ejemplo una mañana, ya tendría los dieciséis años, estaba mi padre meando en el cuarto de baño, yo entré y me quedé mirando el chorro, el cipote no estaba totalmente empalmado, pero sí como él suele decir, un poco “morcillón”. Me dio mucho gusto ver como salía aquel chorro de orines dorados y brillantes, y no pude evitar la tentación de acercar mis dedos bajo el caño, mojarlos y llevármelos a los labios. Mi padre me miró sorprendido“¿Estás chupando mi meados, hijo?” “Es una tontería padre, a veces lo hago con los míos, me pone muy cachondo”Y volví a hacerlo.“Ya veo que te has empalmado, ¿Y no te da asco?” “Claro que no, me da mucho gusto, si tu quisieras podría beber a chorro de tu porrón y tragarme toda tu meada”.Mi padre ya había terminado, se había guardado el trabuco y se despidió“Joder, chico, cada día eres más maricón. Anda, ...
... quédate aquí haciéndote un pajote a mi salud”Y eso procuraba hacer yo: cascármela a su salud. A mi la idea de chuparle la verga nunca me abandonó. En cualquier momento, a cada rato, me imaginaba la escena. A veces la escribía en un cuaderno que luego arrojaba a la basura; en otras ocasiones me masturbaba frenéticamente contemplando la foto que previamente me llevaba a mi cuarto y que él exhibía orgulloso en una de las librerías de su despacho; la foto del trofeo de caza; en la que él, barba de cuatro días y vestido con sus ajustados jeans y su sudadera gris alzaba al aire con su brazo izquierdo aquel a****l que podría haber sido una liebre o quizás un conejo, horas antes abatido... En mi calenturienta mente de director porno, mi padre se sentaba en el sofá de su despacho y me invitaba gustoso a mamarle aquel pedazo de carne que me dio vida. En mi imaginación él gemía de placer y sus dos pelotas morenas, expuestas al aire, danzaban al ritmo de mi felatio.El grado de tolerancia de mi padre hacia mis escarceos variaba según el estado afectivo y emocional en que se encontrara. Cuando se divorció de mi madre, el juez me preguntó con quien deseaba vivir y por supuesto le dije que con mi padre. Él siempre me lo agradeció mucho. La primera noche que pasó sin su mujer, yo había salido con unos amigos y volví tarde, pero él estaba despierto asomado al balcón vestido con un calzoncillo bóxer por cuya bragueta asomaban sus grandes cojones.“¿Estás esperándome, machote?“No, es que no puedo ...