Erika
Fecha: 11/07/2019,
Categorías:
Confesiones
Fantasías Eróticas
Autor: Alemagnus, Fuente: CuentoRelatos
Hace mucho tiempo conté como había sido mi primera vez con una prostituta. Este es el inicio de una serie en la que contaré mis experiencias sexuales así que los invito a seguir leyendo mis relatos. Tiempo después de la primera vez, conocí un lugar fuera de los límites del barrio de tolerancia de Bogotá, un barrio residencial cercano a universidades importantes y reconocidas de la ciudad con algunas tiendas de comidas rápidas al rededor. Allí, en medio de las casas de toque antiguo se veía una de dos pisos, vidrios tintados negros y una puerta sencilla en cuyo andén un hombre sentado en una banca alta me dio un papel. En él se anunciaba este pequeño y sutil lugar, un "sitio de chicas". Con curiosidad y un poco de vergüenza me dispuse a entrar no sin antes mirar a mis alrededores. Dentro del lugar solo se podía ver una barra al fondo con tres mesas en frente y unas escaleras que conducían a un segundo piso, justo cuando entré fue por esas escaleras que bajaron todas las chicas de las cuales tenía que escoger. En realidad la mayoría no era nada fuera de lo común, sin embargo una me pudo llamar la atención. Piel blanca, cabello negro totalmente liso que llegaba hasta su cintura, una cara de rasgos dulces y refinados que hacían el conjunto mas maravilloso con su cuerpo de mujer, de senos grandes ero armoniosos y su culo grande y redondo. Tenía un abdomen delicioso, plano y lo suficientemente delegada como para tener unas curvas en la cintura bastante pronunciadas. Lucía un ...
... conjunto de sostén y minifalda color blanco. La minifalda dejaba ver unas hermosas piernas largas que la hacían ver aún mas sensual. La escogí, nos sentamos en una de las mesas del lugar en la cual pudimos acordar lo que haríamos y le pregunté su nombre... Karen. Me tomó de la mano y seguimos al segundo piso, ver ese culo moverse de un lado a otro mientras sube las escaleras fue una de las mejores cosas que he visto jamás. Una vez allí entramos a uno de los cuatro cuartos que habían. Procedí a desnudarme mientras ella sonriendo me miraba sentada al borde de la cama. Le pedí que no se desnudara porque quería hacerlo yo mismo. Me acerqué a ella y la puse de pie tomándola de la mano, pase mis manos suavemente por sus senos y los baje lentamente recorriendo las curvas de su cintura y pasando la mano por detrás para agarrar sus nalgas y poder pasar a la cremallera de su mini. Bajé la cremallera pero no la falda, pasé al sostén y descubrí sus hermosos senos de rosados pezones. Procedí a bajar su falda y descubrí una tanga pequeña que brillaba de forma extraña con la luz del lugar con un tono verde fluorescente también se la quité. Ella se sentó frente a mi y no sin antes poner un condón en mi pene inicio una de las mejores mamadas que he sentido, recorría con su lengua cada parte de mi pene, desde la punta hasta las bolas y se devolvía. Una vez en la punta, posó sus labios y los fue abriendo poco a poco a medida que introducía mi pene en su boca y lentamente lo metía todo, primero ...